A la cárcel, niñas y adolescentes violadas. Por Tahira Vargas

El abuso y violación sexual es un fenómeno reconocido por distintos actores como frecuente tanto en comunidades rurales como urbano-marginales, en diferentes estratos y provincias del país.

“Tengo 11 años vivo con mi papa y mi mama. Cuando mi mama se va a trabajar mi papa y mi hermano se ponen a jugar conmigo y pasarme la mano y me obligan a que tenga sexo con ellos.  Ahora estoy embarazada, no sé si es de mi padre o de mi hermano. No quiero tenerlo, mi madre me llevo al hospital y a una clínica y me dicen que tengo que tenerlo porque si me hago el aborto mi madre y yo vamos presas y los médicos también”.

Este relato es un retrato de la realidad no solo de esa niña sino de muchas niñas y adolescentes que son violadas por padres, hermanos, tíos, padrastros o por personas influyentes de las comunidades. En muchos casos estas violaciones quedan en el silencio, no se denuncian, no se registran.

La niña nos describe en una entrevista reciente que realizamos en un barrio urbano marginal de Santo Domingo, violaciones frecuentes realizadas por su padre y su hermano.Ella queda embarazada.

Ella y su madre no quieren el embarazo. Su madre no se atreve a denunciar a su hijo y su esposo porque le tiene miedo a ambos. Tanto ella como su madre han intentado interrumpir el embarazo acudiendo a una clínica y a un hospital ninguno de los médicos se atreve a interrumpirlo porque los expone legalmente.

Si ella llega a término con el embarazo y sobrevive al parto. ¿Qué pasará con su vida? Uno de sus violadores será el padre de su criatura y a la vez su abuelo o su tío pero también es su padre o su hermano. ¿Qué pasará con sus violadores?

¿Cómo va a ser la relación de esta niña violada con la criatura que será su hijo y su hermano o su sobrino?

Este tipo de situaciones son las que provoca y legitima el senado de la República con el rechazo a las observaciones del Presidente de la República para lograr la despenalización del aborto en caso de violaciones-incesto, riesgo de muerte de la madre y malformaciones fetales. Con este rechazo, ¿quién es culpable de la situación relatada, los violadores o la víctima?

La decisión condena a la niña y a su madre si osan de provocar un aborto fruto de estas violaciones y le impone situaciones de riesgos en su salud y en su vida. Repercute en la perpetuación del círculo de violencia y agresión sexual que viven muchas niñas y adolescentes que cotidianamente en muchas comunidades y barrios sufren estas situaciones en silencio. ´

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY