AIRD, adiós … sus chelitos no nos hacen falta. Por José Luis Taveras

¡Gran cosa! Los burócratas de la AIRD dicen que financiaron la Marcha Verde, yo también aporté dinero, ¿y?… Como lo han hecho miles de empresarios no afiliados a ese buró y lo seguirán haciendo.

Lo que me da escozor es el lenguaje convencionalmente eufemístico de la prensa cuando se refiere a esos gremios como “los empresarios” o “el empresariado”, asumiendo que estos colectivos representan al universo de los empresarios dominicanos. La AIRD es miembro del CONEP y la mayor parte de su membresía individual lo es también, así que el CONEP es una AIRD ampliada, en una especie de reciclaje orgánico con propósitos efectistas. Los consejos de esas organizaciones tampoco expresan la posición de todos sus miembros. Son estructuras verticales donde la cúpula de siempre habla y decide.

Aquí, el grueso de los ingresos fiscales al Estado proviene de las PYMES, de manera que esas empresas tienen voz y derecho en las decisiones públicas, pero no tienen el control de los medios que son los constructores de la opinión. Esas han sido el soporte financiero de la Marcha Verde como miles de dominicanos.

Otra desfachatez de los directivos de ese gremio es hablar de “financiar”. El uso de este término es tendencioso y pretende transmitir la impresión de que esa entidad fue la principal proveedora financiera de las cruzadas ciudadanas, pero además es una forma sutil de avalar (sin decirlo) el argumento de defensa del gobierno de que Marcha Verde es un instrumento de los empresarios, especialmente energéticos.

Yo puedo tener reparos con algunos métodos, reclamos y omisiones de Marcha Verde, pero de ahí a publicar mis aportes es imprudente y presumido. Lo hago ahora justamente empujado por las circunstancias que critico.

Hagamos una colecta para devolverles a esos directivos los chelitos que dicen que dieron. Lo que pasa es que en asuntos de conciencia, el dinero nunca alcanza. Estoy seguro de que con la venta de 3,000 camisetas le pagaremos, y sobra…

José Luis Taveras