Camino hacia la Democracia Participativa Directa
“Democracia Participativa Directa”
Capítulo primero (continuación).
Dando cristiano seguimiento a nuestra tesis sobre el Sistema Político Democrático Participativo Directo, recordamos que habíamos señalado que enfocaríamos cómo debemos los Democráticos Participativos Directos enfrentar la triste democracia representativa, y lo haremos eventualmente, ya que antes debemos estudiar y aprender otros aportes interesantes sobre el Sistema Democrático Participativo.
Como hemos expuestos con anterioridad, tenemos claro que la participación se puede desarrollar por diversos medios, ésta gnosis, sin duda alguna, ha ido creando una ola llamativa, esto así debido a que se reporta que en muchas democracias modernas se está comenzando a consolidar la hoy ya cada vez más posible idea de marchar hacia la democracia participativa aún viviendo dentro del ámbito de la democracia representativa, a raíz de haberse tomando en cuenta la nueva revalorización que se le ha otorgado como consecuencia de ser un nuevo orden del libre pensamiento político, en el cual el hacer, el concebir y el accionar del ciudadano común al integrarse a la toma de decisiones en favor de su propia nación o país, significa y se traduce en un próspero desarrollo sostenible en el tiempo, mayor conciencia, un alto índice de transparencia que avanza a pasos agigantados beneficiándonos a todos al legarnos un mejor bienestar social.
Es oportuno señalar que la participación no ha de limitarse a que la autoridad gubernamental, local u otros organismos públicos o privados, informen a la ciudadanía de sus actividades, decisiones, o inviten a sus conciudadanos a presenciar sus debates, sino que implica escuchar a la población en la formulación de sus propios problemas, posibles soluciones, así como la búsqueda de oportunidades y sus mejoras.
Oportuno señalar, que nuestra población en democracia participativa recibe de manera constitucional todos los medios necesarios para encauzar una acción política, social o económica, participando de ésta manera, en las decisiones públicas con propósitos de cambio, pero siempre en favor de los propios ciudadanos, y nunca para beneficiar ambiciones particulares, asociaciones, sindicatos, o grupos políticos, que no estén a fin con bien común, protección al ciudadano y la Patria.
En el Sistema Participativo tanto la población como el administrador del estado (Presidente de la República), llevan agendas comunes, que deben ser presentadas y confrontadas una con otra de manera conteste con el período predeterminado para tales fines, ya que deberán ser ponderadas, analizadas, rechazadas, y/o ratificadas por medio de las llamadas consultas populares, plebiscitos, referéndum así como el foro público.
Por último debemos sentenciar que la manera en que habremos de enfrentar la democracia representativa, lo veremos de manera clara, lato sensus, cuando entremos a estudiar por separado el Sistema Político Democrático Directo que es donde se advierte claramente el freno a la representatividad, por lo que mientras tanto, estemos pendiente a una próxima entrega sobre éste fascinante sistema conocido como Democracia Participativa que aún nos queda bastante por desarrollar, y lo iremos haciendo hasta desglosarlo si no en su totalidad en su gran mayoría, a fin de dejar las menos dudas o preguntas posibles sobre éste sistema conocido como participativo.
Servio Pérez.
launiversidaddelmerengue1@hotmail.com
