Crónicas de dos: Manos rupestres. Por José Luis Taveras y Ricardo Ripoll.

Manos rupestres

Eso que desmorona la tierra parecen manos,
pero no,
son trozos gemelos de carne ceniza y mancillada
Eso que hurga vida en sus entrañas parecen dedos,
pero no,
son tentáculos espigados que rayan cadencias en el polvo
Eso que atesora lodo en sus matrices parecen uñas,
pero no,
son vaginas de porcelana para incubar la preñez del suelo
Esas partituras tatuadas en las palmas parecen huellas,
pero no,
son grietas del tiempo soleado
Esa humedad salada que escurre entre los dedos parece sudor,
pero no,
es el esperma del trabajo que preña de espera a la cosecha.