Pero dormir más se asoció con una mejor función renal en un estudio

Para las personas con una enfermedad renal crónica, dormir poco podría aumentar las probabilidades de que la enfermedad empeore, sugiere una nueva investigación.

«Dormir poco y dormir de forma fragmentada son factores de riesgo significativos, pero poco valorados, de progresión de la enfermedad renal crónica», comentó la Dra. Ana Ricardo, de la Universidad de Illinois, en Chicago.

«Nuestra investigación se suma al conocimiento acumulado con respecto a la importancia de dormir para la función renal, y hace hincapié en la necesidad de diseñar y poner a prueba intervenciones clínicas para mejorar los hábitos de sueño en individuos con enfermedad renal crónica», comentó en un comunicado de prensa de la Sociedad Americana de Nefrología (American Society of Nephrology).

Pero no está claro a partir del estudio que la falta de sueño sea lo que provoca el empeoramiento de la insuficiencia renal. El estudio solo pudo encontrar una asociación entre estos factores.

La investigación contó con 432 adultos con enfermedad renal crónica. Los investigadores monitorizaron sus hábitos de sueño durante 5 a 7 días mediante monitores de muñeca. Luego hicieron un seguimiento de su estado de salud durante una mediana de 5 años.

Los participantes durmieron un promedio de 6.5 horas por noche; 70 de ellos desarrollaron insuficiencia renal y 48 fallecieron, encontró el estudio.

Tras ajustar las estadísticas para que no quedaran sesgadas por otros factores de riesgo como el peso o la enfermedad cardiaca, los investigadores asociaron cada hora de sueño adicional en la noche con un riesgo casi un 19 por ciento más bajo de insuficiencia renal.

La calidad del sueño también pareció ser importante: los que dormían peor también eran más propensos a desarrollar insuficiencia renal.

Los investigadores también encontraron que las personas que reportaron tener somnolencia durante el día tenían un 10 por ciento más de probabilidades de fallecer durante el periodo de seguimiento.

La investigación se presentó el sábado en la conferencia de la Semana del Riñón de la Sociedad Americana de Nefrología, en Chicago. Los estudios presentados en conferencias se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista médica revisada por profesionales.