El aroma de ODEBRECHT huele mal y debemos perfumarnos
César Paniagua
Haciendo una radiografía a las situaciones que se están presentando en nuestra República Dominicana en los últimos tiempos, he podido darme cuenta que aquí, hace mucho está establecida una estructura mafiosa al más alto nivel como cualquier organización de esas que llaman mafias.
Las decisiones importantes para nuestro país la toma una claque política que está manchada por el flagelo de la corrupción, y no solamente a nivel administrativa; aquí hay corrupción a todos los niveles y los ciudadanos, que somos los más afectados por esa situación (aquí me refiero a que son muy pocos los ciudadanos que se benefician de la política que en la actualidad vivimos los dominicanos), estamos subyugados a instrumentos realizados por la misma claque que ya va a cumplir 21 años en nuestro país. Estos «líderes» nos tienen jodidos bajo el lema del término Democracia, y su efecto es tan devastador que ellos mismos tienen que mantener ciertos parásitos intelectuales para que nos hagan creer que aquí se aplica ese término y para el colmo, pagado con el dinero nuestro. Esta claque nos está explotando, observemos la realidad; aquí se ha establecido un clan que nos mantiene jodidos.
Todas las decisiones que les afectan son manejadas a su antojo por ellos mismos (cómo se le puede ocurrir al Procurador decir que ese acuerdo con ODEBRECHT es confidencial; pero se están volviendo locos, se les subieron los humos a la cabeza, cómo van a pretender que una perniciosa negociación a su manera y una bendita Comisión, que lo único bendito que tiene, es un elemento repugnante para cualquier religioso, vayan a ser los únicos indicios de prueba que ustedes le van a dar a sus empleadores). El tema de ODEBRECHT en República Dominicana salpica a muchas gentes importantes de nuestro país.
Los ciudadanos debemos unirnos a una sola voz a no permitir que esto pase desapercibido ante nuestra tan atrofiada nación de los gestos de impunidad que nos vienen presentando hace décadas quienes nos gobiernan; ellos manejan todo: los medios, las redes no han podido atarlas pero lo intentan, y la mayor parte de los elementos que promueven el desarrollo de cualquier país del tercer mundo.
Aquí hay establecido un clan que nos hace creer que existe la democracia y no es así; hasta las elecciones, que constituye el único método real de cualquier ciudadano protestar porque ve algo malo y su derecho a elegir, nos las están quitando, sino pregúntele a la JCE de los que fueron en realidad las elecciones pasadas.
Debemos empoderarnos los ciudadanos afectados, que somos la mayor parte, a sacar muchos elementos de nuestra nación que perjudican nuestro progreso, pero entendiendo que sólo manteniendo el mismo ritmo de lucha y que este crezca cada día más, no podrá lograrse dicho propósito.
Milán Kundera en su libro «el libro de la risa y el olvido» del año 1978, escribió la frase: «la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido», y yo personalmente creo que es lo que estamos viviendo en los últimos tiempos los ciudadanos dominicanos.
El pedido de las organizaciones que están tomando iniciativas de los últimos actos de exigencias ciudadanas, se están manejando a un nivel de identidad del propósito de establecer que el tema de ODEBRECHT y sus relaciones en República Dominicana, se establezca de una manera clara; el pedido de firmas para una investigación imparcial constituye un aporte muy importante para los elementos de investigación independiente que tanto necesita este caso para poder lograr ver logros ciertos que beneficien de verdad a todo el país y no al mismo grupo que debería salir perjudicado.
El aroma de ODEBRECHT hiede y su bajo nos mantendrá atormentados si lo dejamos esparcirse; debemos perfumarnos como nación y esto sólo se logrará con el empoderamiento ciudadano.
¡No nos dejemos vencer por esta claque!
