«Occidente debe dejar de provocar a Rusia y apostar por la diplomacia»

El deterioro de las relaciones con Rusia es «la crisis más grave» y «la más innecesaria» a la que se enfrentan EE.UU. y otros países occidentales.

El experto en política exterior Robert Merry explica en un nuevo artículo para ‘The National Interest’ que el deterioro de las relaciones con Rusia es «la crisis más grave» y «la más innecesaria» a la que se enfrentan EE.UU. y otros países occidentales. Merry sostiene que Occidente debe dejar de provocar a Moscú y apostar por la diplomacia.

«Una guerra con Rusia sería un desastre para Occidente»

En opinión del analista, Moscú ha sido y sigue siendo una «amenaza potencial» para Europa, pero en realidad, las «acciones más provocativas» en los últimos años «han venido de Europa, la OTAN y EE.UU., contra Rusia». En concreto, Merry cita la expansión de la OTAN hacia las fronteras rusas, el despliegue de componentes del escudo antimisiles en Polonia y Rumania, así como el «coqueteo» de la Alianza Atlántica con Georgia o Ucrania.

El experto advierte de que, si esta tensión entre Rusia y Occidente desembocara en un conflicto bélico, «sería un desastre para EE.UU. y Occidente», y, además, desviaría la atención de los problemas realmente importantes, como el Estado Islámico.

¿Qué debería hacer Donald Trump?

El autor señala al presidente electo de EE.UU., Donald Trump, como una persona capaz de mejorar las relaciones entre Moscú y Washington.

Para ello, el nuevo líder estadounidense tendrá que tomar una serie de medidas: concretamente, levantar las sanciones antirrusas y asegurar a Moscú que la OTAN «no tiene planes» en relación con países como Ucrania, Georgia, Moldavia o Bielorrusia.

En cuanto a Siria, Trump debe dejar de insistir en que el presidente de la nación árabe «debe irse» y recordar que «el enemigo es el Estado Islámico, no Bashar al Assad».

Finalmente, a través de esfuerzos diplomáticos, EE.UU. debería intentar alejar a Rusia de China. A juicio del analista, «las sólidas relaciones» entre estos dos países «no son del interés para EE.UU.».

En definitiva, el autor resume que hay que «dar a la diplomacia una oportunidad» y «poner fin a las provocaciones occidentales»; darle a los rusos «algo de espacio para respirar en su propio vecindario», y, entonces, asegura Merry, «podremos averiguar cuán expansionistas y amenazantes son en realidad».