El líder puertorriqueño Oscar López Rivera, preso desde hace 35 años en Estados Unidos por su lucha a favor de la independencia de su país, extingió su condena a las 8am de este miércoles, por lo que está plenamente en libertad.
«Mi espíritu, dignidad y mi honor están mucho más incólumes hoy que el día que entré a prisión» fueron sus primeras palabras a los medios de comunicación.
López Rivera fue trasladado el 9 de febrero a Puerto Rico, en reclusión domiciliaria en el hogar de su hija Clarisa, en el sector capitalino de Santurce, después de que se autorizara su regreso a la isla y en enero pasado le fuera conmutada por el presidente Barack Obama la pena a cambio de que cumpliera cuatro meses más de su condena a 70 años.
Su abogada Jan Susler aclaró que el combatiente puertorriqueño podrá reencontrarse con sus antiguos compañeros de lucha, a los que podrá abrazar.