viernes, abril 19, 2024
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Reflexión sobre la situación actual de R.D. y el papel de la juventud. Por Eduardo Sánchez Tolentino (Piro)

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Reflexión sobre la situación actual de R.D. y el papel de la juventud. Por Eduardo Sánchez Tolentino (Piro)

Hay una frase que dice: “Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”.

El pueblo dominicano está peor que los pueblos que la olvidan, ya que la mayor parte de la juventud dominicana ni siquiera está interesada en saber la historia de este pueblo, y no solo la desconocen, sino que la aborrecen.

Hay un grupo reducido de jóvenes que conocen la historia de su pueblo, pero entre ellos predomina la actitud de indiferencia. Usualmente cuando les planteo cualquier tema que requiera su participación para producir un cambio social me dicen frases tales como: “¿Y tú crees que protestando se arregla nada?”, “esto no lo cambia nadie”, “no pierdas tu tiempo en eso de protestar”, “ten cuidado que te puede pasar algo”, “¡tú eres loco!, yo no voy a meterme en eso.”

Viven en un estado de enajenación, alienación e ignorancia. Están embriagados y drogados bajo el efecto de muchos tipos de sustancias que producen placeres pasajeros y vanos. Es importante decir que estas drogas se las brinda el mismo sistema con la intención de someterlos de tal modo que no hagan consciencia del poder que tiene la juventud para producir cambios.

Estas drogas pueden ser estupefacientes, los últimos celulares, ipads y computadoras, modas y formas de vestir, relaciones insanas y vanas, la tecnología mal utilizada para aparentar y competir egocéntricamente, la búsqueda de aprobación social a través de comportamientos insanos, la acumulación de dinero y propiedades de una manera corrupta y sin aportar al bienestar común, por solo mencionar algunos ejemplos. Estos “placeres” dan la falsa sensación de producir libertad, pero al ser una sensación engañosa y fugaz, lleva a quien la experimenta a buscarla una y otra vez sin lograr encontrarla de nuevo, por lo que no es casualidad que a través de esta eterna búsqueda, los “buscadores” se vuelvan esclavos de sus obsesiones y compulsiones.

He aquí la mayor parte de la juventud dominicana: esclava de deseos vanos alimentados por el sistema, el cual los tiene como quiere, durmiendo.

No los culpo, he estado en esa posición. Espero que todos los que hemos “despertado” tengamos la suficiente “luz” para despertar a otros, ya que una sociedad que tenga su juventud con la conciencia anestesiada, es el sueño de los políticos y gobernantes más perversos.

Sin duda alguna, una juventud despierta es el arma más letal que puede tener un pueblo en contra de la corrupción, es el medio más eficaz para producir un cambio real y duradero. Si la juventud no despierta, nuestra libertad será solo un sueño.