«No tengo cédula, no tengo documentos, no tengo acta de nacimiento, yo no existo porque ellos lo quieren así. Yo necesito mis documentos para trabajar. Yo nunca había pasado por esto. Vi mi acta de nacimiento y está tachada, arriba le pusieron el nombre y el apellido de otra persona. Yo no aparezco como hija de mis padres, y ellos están vivos, solo aparecen mis hermanos.», dice a través de un video que circula en las redes sociales la joven Leidy Laura Arache Collado, residente de La Romana, ahogada en desesperación mientras pide ayuda debido a que su identidad ha sido suplantada con complicidad de la Junta Central Electoral (JCE), según sus propias palabras.
La joven, que trabajaba como bailarina hotelera, denuncia que se enteró de que su identidad fue suplantada hace un año y medio, ya que después de ser atracada junto con su madre, puso la denuncia en la Policía Nacional, y con esta denuncia solicitó otro plástico de su cédula en la JCE. Sin embargo en la JCE le dijeron que estaba «inhabilitada». También le negaron un acta de nacimiento para renovar su pasaporte. Afirma que en la JCE no le explicaron lo que significaba estar inhabilitado, y para saberlo tuvo que contactar a un abogado.
La joven siguió insitiendo y llegó a conseguir su libro de registro civil en la JCE, donde se dió cuenta que en su lugar figura una persona que identificó como «Gloria Celeste», de la cual no recuerda el apellido, pero hace constar que le pareció que es un apellido extranjero, muy probablemente haitiano, afirma la joven. Afirma que en dicho libro de registro civil, tacharon su nombre con líquido corrector y escribieron el nombre de la otra persona.
La joven dice la JCE tiene dos personas encargadas de su caso, Zuleika Hernández y Anyelo Holguín, y se queja de que tiene un año y medio viajando constantemente desde La Romana a Santo Domingo dándole seguimiento a su situación pero los encargados no le contestan las llamadas ni la atienden, inclusive le han dicho que Zuleika no la puede atender porque está involucrada en la política, en actividades del «Comité Político». La joven expresa que en la JCE quisieron alegar que ella no tenía la cédula nueva (el último plástico), sin embargo la joven había sacado la cédula nueva y tenía una copia, la cual mostró y aún conserva, al igual que su pasaporte viejo.
La joven se muestra desesperada mientras se desahoga y pide ayuda diciendo que por esta situación no puede trabajar, no puede ir al médico, no puede ayudar a sus hijas, ha caído presa dos veces por no tener documentos y ha tenido problemas con la ley.
Afirma que no puede pagar un abogado para que lleve su caso ya que no puede trabajar debido a la suplantación identidad.
Se queja de que para nadie es un secreto que la JCE le vende identidades a haitianos, venezolanos y demás extranjeros, y para hacer esto le quitan la identidad a un dominicano.
