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jueves, septiembre 19, 2024

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“Soy un violador», admite Dominique Pelicot, y acusa a otros 51 hombres de abusar de su esposa durante 10 años

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Francia sigue conmocionada por el impactante juicio contra Dominique Pelicot, un hombre de 71 años que admitió haber drogado a su esposa Gisèle durante casi una década, permitiendo que decenas de hombres la violaran mientras estaba inconsciente. En una sala abarrotada del tribunal de Avignon, Pelicot confesó: «Soy un violador como los demás en esta sala», refiriéndose a los 50 coacusados que enfrentan cargos de violación en masa.

La historia de Gisèle ha resonado a nivel nacional, convirtiéndola en un símbolo de resistencia frente al abuso. Al renunciar a su anonimato y permitir que el juicio fuera público, ha demostrado una valentía notable en su búsqueda de justicia, mientras miles de personas en toda Francia han mostrado su apoyo en manifestaciones recientes. Gisèle describió su conmoción al enterarse de los años de abuso que sufrió en manos de su esposo y otros, diciendo: «Mi mundo se desmoronó».

La trama criminal de Pelicot salió a la luz en 2020 cuando fue arrestado por filmar debajo de las faldas de mujeres en un centro comercial. En su casa, la policía encontró miles de videos y fotos de hombres abusando de su esposa drogada, lo que permitió rastrear a los sospechosos que ahora enfrentan hasta 20 años de prisión. Pelicot se defendió alegando que los hombres sabían lo que estaban haciendo, mientras que varios de los coacusados han negado ser conscientes de la violación, diciendo que creían que Gisèle estaba simulando estar dormida.

El juicio también ha revelado detalles de cómo Pelicot manipulaba a los hombres para que siguieran reglas estrictas antes de cometer los abusos, como esperar en un aparcamiento cercano hasta que Gisèle quedara completamente inconsciente. Pelicot justificó sus acciones como una adicción creciente, pero admitió que nunca debió haber comenzado.

Gisèle, quien ahora enfrenta este calvario con dignidad y fortaleza, ha hablado públicamente de su sufrimiento, señalando los devastadores efectos de las drogas que su esposo le administraba, llevándola a creer que padecía Alzheimer. El caso ha encendido un feroz debate sobre la violación marital y la violencia sexual en Francia, resaltando la importancia del consentimiento y la justicia.

Con el juicio aún en curso y más testimonios por escuchar, la nación espera ansiosa el desenlace de este caso que ha desnudado los horrores del abuso en el ámbito doméstico. Pelicot sigue buscando perdón, pero para su esposa y miles de víctimas, la justicia es la única respuesta.

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