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domingo, marzo 16, 2025

Trump Ordena Poner Fin a la Producción del Centavo en EE.UU. para Reducir el Gasto Público

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Washington, EE.UU. – En un movimiento destinado a reducir el gasto público y aumentar la eficiencia del Gobierno, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado al Departamento del Tesoro suspender la producción de los centavos, argumentando que su fabricación representa un despilfarro innecesario de recursos. La medida, anunciada en la noche del domingo a través de la red social Truth Social, se enmarca dentro de los esfuerzos de la administración para implementar reformas a través de decretos ejecutivos, con el objetivo de optimizar el uso del presupuesto federal.

En su mensaje, Trump destacó que la producción de estos pequeños valores monetarios resulta un costo mayor que el beneficio que generan. «Durante demasiado tiempo, Estados Unidos ha acuñado centavos que literalmente cuestan más de dos centavos fabricarlos. ¡Es un derroche!», escribió el presidente. A pesar de que el mandatario afirmó que el costo de producción de cada centavo supera los dos centavos, los datos más recientes de la Casa de la Moneda de EE.UU. señalan que en el año fiscal 2024, cada centavo costó aproximadamente 3,7 centavos. Este sobrecosto, sumado a la producción de unos 3,200 millones de monedas, provocó una pérdida de alrededor de 85,3 millones de dólares, una cifra que ha generado preocupación sobre la sostenibilidad económica de continuar fabricando estos pequeños valores.

La decisión de suspender la producción de los centavos no es una medida aislada, sino parte de una serie de acciones propuestas por la administración Trump para reducir el gasto innecesario y promover una gestión más eficiente de los recursos federales. El Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una entidad liderada por el empresario Elon Musk, ha sido el encargado de impulsar muchas de estas iniciativas, que incluyen reformas en áreas como inmigración, política de género y la reducción de gastos operativos en distintos sectores gubernamentales.

Sin embargo, esta medida podría enfrentar desafíos legales y políticos, ya que, aunque el presidente tiene la autoridad para ordenar ciertos cambios en el ámbito ejecutivo, la producción y las especificaciones de las monedas son determinadas por el Congreso de Estados Unidos. Las leyes que rigen la creación y circulación de las monedas establecen tanto su tamaño como su composición, lo que implica que cualquier cambio en este sentido podría necesitar una modificación legislativa que, por lo general, enfrenta largas discusiones en el Capitolio.

El debate sobre la eliminación del centavo no es nuevo en EE.UU. A lo largo de los años, varios legisladores han presentado propuestas para suspender su producción o retirar el centavo de circulación. Incluso ha existido la idea de redondear los precios a cinco centavos, lo que podría simplificar las transacciones y reducir los costos asociados a la fabricación de monedas de bajo valor. Algunos estudios del Servicio de Investigación del Congreso han resaltado que el costo de producir monedas de bajo valor es, en muchos casos, desproporcionado frente a su utilidad real en la economía.

Este movimiento también se suma a una tendencia global en la que varios países han optado por eliminar monedas de bajo valor debido a su impacto económico negativo. Canadá, por ejemplo, suspendió la producción de su centavo en 2012, una medida que permitió al país ahorrar recursos significativos. Otros países, como Australia y Nueva Zelanda, también han adoptado políticas similares, lo que ha dado lugar a un debate sobre la viabilidad de mantener monedas que requieren un mayor gasto para su fabricación que el valor que realmente aportan.

A pesar de la controversia que ha generado la decisión de Trump, el presidente se mantiene firme en su postura de reducir lo que considera despilfarro dentro del sistema gubernamental. «Eliminemos el despilfarro de nuestro gran presupuesto nacional, aunque sea un centavo a la vez», enfatizó el mandatario en su publicación. Este tipo de reformas son parte de su estrategia para mejorar la eficiencia del gobierno y responder a las demandas de los ciudadanos, que en muchas ocasiones han cuestionado el uso de recursos públicos en iniciativas que parecen innecesarias.

Mientras tanto, queda por ver si esta medida logrará el apoyo necesario en el Congreso para su implementación efectiva, o si quedará como una propuesta más dentro de los muchos esfuerzos de la administración Trump por modificar la estructura del Gobierno estadounidense. El resultado de esta decisión podría sentar un precedente importante para la política fiscal y monetaria del país, particularmente en lo que respecta a la administración de los recursos públicos y la sostenibilidad del sistema monetario en un mundo cada vez más digitalizado.

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