El 22 de enero, un simple emoji en la plataforma X (antes Twitter) bastó para desatar una ola de reacciones y desencadenar una tensión inesperada entre dos de los hombres más poderosos del mundo empresarial: Elon Musk, el dueño de Tesla y SpaceX, y Carlos Slim, el magnate mexicano. La publicación, que acusaba a Slim de tener nexos con el narcotráfico sin presentar pruebas sólidas, fue respondida por Musk de manera inusitada, pero lo que parecía ser un incidente aislado rápidamente se convirtió en un conflicto con repercusiones empresariales de alto nivel.
Slim, conocido por su estilo reservado, no reaccionó de inmediato ante la acusación lanzada por Musk. La respuesta a la provocación vino de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien salió en defensa del magnate mexicano, calificando las acusaciones de «totalmente falsas» y asegurando que no existía investigación alguna en su contra. En un país como México, donde las relaciones entre los grandes empresarios y el gobierno suelen estar bajo el escrutinio público, este tipo de reacciones oficiales son clave para mantener el orden en el discurso mediático.
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Fue solo en la conferencia de prensa anual de Grupo Carso, la principal empresa de Slim, que el magnate mexicano decidió hacer frente al asunto. “No lo conozco ni tengo interés en hacerlo”, expresó Slim respecto a Musk. A partir de ahí, las tensiones fueron en aumento, y Slim, con su característico tono irónico, lanzó un comentario sobre la decisión de Musk de mudarse a los Estados Unidos, donde, según él, ha logrado crecer “con el apoyo del Estado”.
El punto más interesante llegó cuando Slim, aludiendo a la ambiciosa meta de Musk de llevar humanos a Marte en 2028, le apostó un dólar a que no lo lograría. Musk, hasta el momento, ha mantenido su silencio ante este reto público.
Más allá de las reacciones mediáticas, el roce entre los dos empresarios tuvo repercusiones tangibles en sus negocios. En octubre de 2023, se anunciaba un acuerdo de colaboración entre América Móvil, la empresa de telecomunicaciones de Slim, y Starlink, la división de internet satelital de SpaceX, propiedad de Musk. Sin embargo, el lunes pasado, Slim confirmó que dichos acuerdos habían sido cancelados, citando su decisión de «invertir en nuestra propia infraestructura» en lugar de depender de terceros.
Slim reveló que América Móvil destinará 22 mil millones de dólares en los próximos tres años para mejorar su red de telecomunicaciones. Este anuncio es una clara señal de su intención de fortalecer la independencia tecnológica de la compañía, con planes de implementar satélites propios y una expansión de su red de fibra óptica. Esta postura no solo subraya la creciente competencia en el sector tecnológico global, sino también el enfoque de Slim en consolidar su imperio sin depender de otras grandes corporaciones.
Mientras las declaraciones de Slim se hacían públicas, la fortuna de Musk experimentaba una notable caída. Según Forbes, el patrimonio de Musk se redujo en 7 mil 500 millones de dólares, cayendo a 383 mil 800 millones de dólares. Esta disminución estuvo asociada con el bajón en el valor de las acciones de Tesla, que desde diciembre han perdido un 28% de su valor.
Por otro lado, el imperio de Slim parece haber salido fortalecido. La fortuna de Slim aumentó en 333 millones de dólares, gracias al repunte de las acciones de América Móvil, que alcanzaron su máximo anual de 15.17 dólares por acción. Sin embargo, este optimismo se vio empañado tras la presentación de los resultados financieros del cuarto trimestre de 2024, que revelaron una caída del 48% en el beneficio neto de la empresa, lo que provocó una leve baja en el precio de sus acciones.
Aunque la disputa entre Musk y Slim pueda parecer una simple diferencia entre dos figuras millonarias, el conflicto tiene implicaciones más profundas. En un contexto global en el que sectores como las telecomunicaciones, la inteligencia artificial y la exploración espacial juegan un papel crucial, la rivalidad entre estos dos gigantes empresariales podría desencadenar cambios importantes en la dinámica económica mundial.
¿Musk responderá al desafío de Slim o este episodio quedará como un episodio más en la compleja historia de los multimillonarios más poderosos del mundo?