Somos Pueblo. – En las últimas horas, el noreste de la República Dominicana se ha visto afectado por dos sismos de magnitud 4.5 y 4.0, registrados en el Atlántico. Los movimientos telúricos, reportados por el Centro Nacional de Sismología, se suman a una serie de temblores ocurridos en la región en las últimas 24 horas. Aunque los sismos no han causado mayores daños, la actividad sísmica en el Caribe continúa siendo un tema de preocupación para las autoridades y la población.
De acuerdo con las informaciones ofrecidas por el climatólogo Jean Suriel, a través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), los últimos temblores ocurridos en la zona del Atlántico, al noreste de la República Dominicana, no representan un peligro inmediato para la población. Afortunadamente, ninguno de estos movimientos sísmicos ha generado riesgo de tsunami, ya que la mayoría de los epicentros se han localizado en el mar, lejos de las costas del país.
En términos de frecuencia sísmica, el Caribe central se mantiene como una de las zonas más activas del planeta. En las últimas 24 horas, se han registrado otros movimientos sísmicos entre Puerto Rico y la República Dominicana, sumando un total de 207 sismos en el último mes. En los últimos siete días, se han producido 68 temblores, una cifra que destaca la continua actividad tectónica en la región.
Aunque los recientes sismos no han representado una amenaza directa, la repetida ocurrencia de estos eventos sísmicos refleja la vulnerabilidad de la región ante posibles desastres naturales. El Centro Nacional de Sismología ha asegurado que, a pesar de la alta frecuencia de los temblores, ninguno de los movimientos registrados ha alcanzado la magnitud suficiente para generar un tsunami. Esto tranquiliza a la población, aunque sigue siendo necesario mantenerse alerta ante la posibilidad de futuros eventos.
207 sismos en 30 días: un recordatorio de la actividad sísmica constante
El hecho de que en el último mes se hayan registrado 207 temblores en el Caribe central subraya la importancia de seguir monitoreando la actividad sísmica de la zona. Estos movimientos son comunes en la región debido a la convergencia de las placas tectónicas, que provocan el constante movimiento de las rocas en el fondo marino y en la corteza terrestre. En particular, el noreste de la República Dominicana es una zona con una actividad sísmica destacada, que afecta tanto a la población como a la infraestructura de la isla.