Somos Pueblo. – El pasado miércoles 5 de marzo, Puerto Plata fue escenario de una tragedia vial que cobró la vida de un padre y su hija de 13 años. Este trágico suceso no fue producto del azar, sino el resultado de una alarmante negligencia en el sistema de tránsito del país, evidenciando una vez más las deficiencias en las políticas públicas de seguridad vial. Este accidente se suma a una serie de incidentes similares que han puesto de manifiesto la urgencia de una reforma estructural en el ámbito del transporte y la regulación de la seguridad en las carreteras.
A pesar de los esfuerzos por mejorar las condiciones del tránsito en el país, los incidentes fatales continúan sucediendo, lo que refleja una falta de medidas efectivas en la supervisión y control de los vehículos, especialmente los pesados. La preocupación en la sociedad dominicana aumenta a medida que las tragedias se repiten, lo que evidencia la necesidad de aplicar políticas más estrictas de control y sanción a quienes incumplen las normativas de tránsito. La falta de mantenimiento adecuado de las infraestructuras viales, así como la inadecuada fiscalización de los vehículos que circulan por las calles, han sido identificadas como de los principales factores que contribuyen a la ocurrencia de estos accidentes.
Ante esta situación, un grupo de jóvenes, en colaboración con la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), ha convocado a una marcha pacífica que se celebrará el próximo viernes 14 de marzo. La manifestación tiene como objetivo principal exigir un tránsito más seguro y la implementación de medidas efectivas que garanticen la vida de los ciudadanos en las vías. La marcha partirá desde el Liceo José Dubeau a las 9:30 a.m. y recorrerá las principales calles de la ciudad hasta llegar al Ayuntamiento Municipal y a la Oficina del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT). Los participantes se han convocado a vestir de negro, como símbolo de luto y protesta por las víctimas de accidentes viales.
Los organizadores de la marcha enfatizan la necesidad urgente de tomar acciones que aseguren una supervisión más rigurosa del tránsito, especialmente en lo que respecta a los vehículos pesados. La falta de control sobre el transporte de carga y la ausencia de sanciones severas a quienes incumplen las normativas son elementos clave que deben ser abordados para reducir el número de accidentes. Asimismo, se exige un enfoque integral que contemple no solo la vigilancia de los vehículos, sino también la mejora de la infraestructura vial y el mantenimiento adecuado de las carreteras.
Es necesario destacar que la problemática del tránsito no solo es responsabilidad del gobierno, sino que implica a varios actores sociales. Los conductores deben asumir su responsabilidad en cuanto al cumplimiento de las normas de tránsito, y las empresas de transporte deben garantizar que sus vehículos estén en condiciones óptimas para circular. Igualmente, es fundamental que la sociedad en su conjunto sea consciente de la importancia de la seguridad vial y colabore en la creación de un entorno más seguro en las vías.
La marcha que se llevará a cabo el viernes 14 de marzo no solo tiene un propósito simbólico, sino que busca ser un llamado de atención a las autoridades y a la sociedad para que tomen acciones concretas. El tránsito seguro no debe ser un privilegio, sino un derecho fundamental para todos los ciudadanos. La implementación de políticas públicas efectivas, la fiscalización rigurosa de los vehículos y la educación vial son medidas imprescindibles para evitar que más vidas se sigan perdiendo innecesariamente.
El trágico accidente ocurrido el 5 de marzo es solo una manifestación de la urgente necesidad de reformar el sistema de tránsito y transporte del país. La marcha convocada por los jóvenes y la ADP es un paso importante hacia la visibilización de este problema, pero también es un recordatorio de la responsabilidad compartida entre las autoridades, las empresas de transporte, los conductores y la sociedad en general. Es imperativo actuar de manera inmediata para garantizar un tránsito más seguro y evitar que más vidas se vean sacrificadas por la negligencia y el desinterés. La seguridad vial debe ser una prioridad en la agenda nacional.