Somos Pueblo — Miles de ciudadanos se movilizaron este miércoles en distintas calles de la capital haitiana para exigir un alto a la creciente violencia provocada por bandas criminales que operan impunemente en varios sectores del país. Sin embargo, la jornada de protesta fue suspendida antes de llegar a su destino, debido a amenazas de posibles ataques armados presuntamente organizados por sectores políticos.
La manifestación, que comenzó en la plaza Canapé-Vert, fue desactivada al llegar a la zona de Bois-Vert, según informaron los organizadores. La decisión de detener la marcha se tomó tras alegadas advertencias de que individuos armados habían sido reclutados para generar disturbios. Los participantes regresaron al punto de partida sin mayores incidentes, pero bajo fuerte tensión.
Clamor ciudadano frente al deterioro de la seguridad
La movilización congregó a residentes de múltiples barrios del área metropolitana de Puerto Príncipe, quienes marcharon de forma pacífica demandando mayor protección del Estado y la restauración del orden público. Con pancartas y consignas, los manifestantes hicieron un llamado a las autoridades haitianas para que enfrenten con firmeza a los grupos armados que, según denuncian, han intensificado sus ataques en zonas urbanas y rurales por igual.
Aunque no se registraron enfrentamientos durante la jornada, la presencia de contingentes policiales y las restricciones impuestas por el jefe de brigada de Canapé-Vert impidieron que la protesta llegara hasta la sede del Gobierno, como se había planteado inicialmente. La suspensión voluntaria de la marcha buscó evitar posibles represalias, en un contexto donde las amenazas a la integridad de los participantes eran latentes.
Escalada de ataques en el interior del país
La protesta se produce en medio de un aumento alarmante de la violencia en Haití. En días recientes, miembros de la banda Vivir Juntos, encabezada por Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, irrumpieron en la localidad de Mirebalais, en el Departamento Centro, y demolieron la comisaría principal de la Policía Nacional. El ataque dejó en ruinas la infraestructura de seguridad del municipio y fue seguido por la ocupación de otras zonas cercanas, incluyendo la subcomisaría de Saut d’Eau.
Un video difundido por medios locales y redes sociales muestra los restos destruidos del edificio policial de Mirebalais, lo que ha generado consternación tanto a nivel nacional como entre sectores de la diáspora haitiana.
Estos hechos han puesto nuevamente en entredicho la efectividad de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití, liderada por Kenia, cuyo objetivo principal es ayudar a estabilizar el país y contener el accionar de los grupos criminales. Sin embargo, muchos ciudadanos consideran que la misión ha sido ineficaz, y que las bandas han ganado aún más poder en medio de la aparente debilidad institucional.
Una población que clama por soluciones
Las expresiones de indignación no se limitan a las calles de Puerto Príncipe. En diversos espacios comunitarios, medios de comunicación y redes sociales, los haitianos expresan su frustración por el deterioro constante de la seguridad, la falta de presencia estatal y el temor generalizado que impide llevar una vida normal.
Líderes comunitarios y organizaciones civiles han reiterado su llamado a la comunidad internacional para que redoble esfuerzos en la asistencia técnica y logística al Estado haitiano, al tiempo que exigen mayor transparencia en la implementación de los operativos de seguridad.
El clima de inseguridad continúa afectando todos los niveles de la vida nacional en Haití, desde las actividades económicas hasta el derecho básico a la libre circulación y la protesta pacífica. La disolución de la manifestación de este miércoles refleja el grado de control que las bandas ejercen sobre sectores clave del territorio, y evidencia la urgente necesidad de respuestas más efectivas por parte de las autoridades nacionales e internacionales comprometidas con la recuperación del país.