Somos Pueblo – Desde hace más de un mes, residentes y transeúntes que circulan por la avenida Pedro Henríquez Ureña, en las inmediaciones del colegio Saint Joseph, conviven diariamente con una grave situación sanitaria: el brote constante de aguas residuales desde una alcantarilla obstruida que ha sido improvisadamente cubierta con fragmentos de concreto. La situación, según denuncian vecinos del sector, representa un riesgo latente para la salud pública y ha sido ignorada por las autoridades correspondientes.
Un video remitido a esta redacción muestra con claridad cómo el sistema de alcantarillado colapsado expulsa aguas negras a plena luz del día. La descarga fluye sin control sobre la vía pública, generando pestilencia, acumulación de residuos y potencial propagación de enfermedades. La zona afectada, frente a un centro educativo que alberga a cientos de estudiantes, ha sido señalada por la comunidad como “un foco de contaminación inaceptable”.
Según relatan residentes y comerciantes de los alrededores, la situación fue reportada desde principios del mes pasado, sin que hasta la fecha se haya producido una intervención por parte de las autoridades municipales o de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD).
A esto se suma que el tránsito vehicular ha empeorado en la zona debido a la presencia constante del agua sucia, que se dispersa por la calzada y forma pequeños charcos contaminados. Motociclistas y peatones se ven forzados a esquivar el área, lo que incrementa el riesgo de accidentes.
El colegio Saint Joseph, afectado directamente por esta situación, ha tenido que reforzar las medidas de higiene en sus instalaciones, mientras padres y madres expresan su inquietud por la exposición diaria de los alumnos al foco de infección.
La falta de respuesta institucional ha generado frustración en la comunidad. Algunos ciudadanos han intentado contener el flujo colocando escombros de concreto y fragmentos de bloques sobre la tapa de la alcantarilla, pero la medida ha sido insuficiente y no resuelve el problema de fondo. El uso de estos materiales, además, representa un riesgo añadido al tránsito y no es una solución viable ni segura.
Ante esta situación, se hace un llamado urgente a la Alcaldía del Distrito Nacional y a la CAASD para que, en cumplimiento de su deber, acudan a evaluar y resolver esta problemática que afecta no solo la calidad de vida de los residentes, sino también la seguridad sanitaria de una zona densamente transitada.
El artículo 66 de la Constitución Dominicana establece como derecho fundamental el goce de un medio ambiente sano y equilibrado. No obstante, la persistencia de este tipo de situaciones en sectores urbanos plantea serias dudas sobre la capacidad de respuesta de las instituciones encargadas de garantizarlo.