Somos Pueblo – Este miércoles 30 de abril se cumple un mes desde la desaparición de Roldanis Calderón, un niño de tres años que fue visto por última vez en el paraje Los Tablones, del Distrito Municipal de Manabao, municipio Jarabacoa, provincia La Vega. Desde entonces, el caso permanece sin respuestas claras, sin hallazgos confirmados y sin una versión oficial de las autoridades.
El menor desapareció mientras compartía con su familia —padres, tíos y amigos— en una actividad informal en la zona. Se trata de una comunidad montañosa de difícil acceso, a la que solo se puede llegar a pie o a caballo. Pese a ello, no se ha establecido cómo, cuándo ni en qué circunstancias el niño desapareció sin que nadie notara movimientos extraños, ruidos ni indicios de alarma.
Sin respuestas del Ministerio Público
A lo largo de estas semanas, las autoridades del Ministerio Público y de la Policía Nacional no han ofrecido una versión oficial ni resultados públicos sobre la línea de investigación. El hermetismo institucional ha profundizado el dolor de la familia Calderón y ha encendido las alarmas de una comunidad que, entre la angustia y la incertidumbre, exige explicaciones.
Los interrogatorios realizados a los familiares y presentes en la escena no han derivado en datos concluyentes. No hay pistas firmes, ni sospechosos confirmados, ni detalles que permitan reconstruir con claridad el momento de la desaparición. La falta de información alimenta las especulaciones y agudiza la percepción de impunidad.
Clamor comunitario y eco nacional
Desde el día de su desaparición, el rostro de Roldanis ha recorrido redes sociales, medios de comunicación y campañas espontáneas en todo el país. Personas de distintas provincias se han sumado a la búsqueda simbólica y al reclamo por justicia.
Vecinos del paraje Los Tablones y sectores aledaños han colaborado en labores de rastreo en la zona montañosa, en ocasiones con apoyo limitado por parte de las autoridades. A pesar de los esfuerzos comunitarios, no se han encontrado indicios que indiquen el paradero del niño.
Preguntas sin responder
La familia Calderón insiste en que lo ocurrido no puede considerarse una desaparición casual. Se preguntan cómo es posible que un niño de tres años desaparezca sin dejar rastro en un entorno natural aislado, sin que nadie escuche un grito, vea una sombra o detecte una pista.
“¿Cómo desaparece un niño en un paraje tan remoto sin que se escuche nada? ¿Cómo no aparece ni una huella, ni una prenda, ni una dirección a seguir?”, cuestionan allegados en contacto con medios locales.
Al cierre de este mes, lo único constante ha sido el silencio. Ni la Fiscalía de La Vega ni la Dirección de Investigaciones Criminales (Dicrim) han ofrecido avances, mientras la incertidumbre amenaza con que el caso de Roldanis Calderón se sume a las estadísticas sin resolver de desapariciones infantiles en el país.