Somos Pueblo.- Como si se buscara instaurar un nuevo récord que nadie está persiguiendo, el metro de Santo Domingo ha tenido en nueve días más fallas que en los 16 años que transcurrieron desde su inauguración en 2009.
En total, tres averías: El apagón general que reveló la semana pasada que las plantas de emergencia del sistema de transporte estaban fuera por mantenimiento (lo que dio al traste con la destitución Rafael Santos Pérez), hasta las dos fallas generadas este miércoles en líneas distintas.
El nombramiento de Jhael Isa demuestra que la fiebre no está en las sábanas, y que su respuesta a la avería inicial en la estación María Montez del kilómetro 9 de la autopista Duarte era solo institucional, al achacarle el colapso a las vibraciones de los trabajos que se realizan en la zona.
A las 7:20 de la noche se produjo otra interrupción en el servicio entre las estaciones Mamá Tingó y Hermanas Mirabal en la línea 1, sin vibraciones, sin trabajos en el área y sin una respuesta sobre qué la generó.
Isa descartó que estos incidentes comprometan la seguridad del sistema pero, ¿cómo asegurarlo si no se ha determinado la razón de una de las fallas?
El metro se planteó como un medio de transporte seguro y eficiente, sin embargo, en los últimos nueve días ha mermado la confianza de los usuarios en él. ¿Por qué creer en la retórica de un funcionario cuando los hechos lo desmienten?
El ingeniero Alex Ramírez, miembro del partido de gobierno, advirtió que estas son señales de que el mantenimiento en el sistema de transporte no va bien, y que las cosas pintan peor.
“Se puede repetir, y peor. El metro de Santo Domingo es un sistema que está en obsolescencia. Habría que invertirle casi 300 millones de dólares para que más o menos no se vean situaciones parecidas a estas. Porque el cableado está en su vida útil final”, indicó Ramírez.
Mientras tanto, el pueblo es quien sufre las consecuencias. Miles de personas
quedaron varadas y muchas otras optaron por llegar caminando a sus casas en Santo Domingo Norte, tras la avería nocturna. Era como el éxodo en pleno siglo XXI, en plena urbe caribeña.
Pasaportes, servicio eléctrico, gestión del tránsito y ahora el metro. ¿Qué es lo que no ha deteriorado este Gobierno?
Esperemos que no quiera intervenir con “ideas innovadoras” otras áreas que más o menos funcionan para que la crisis no se extienda a otros servicios.




