Somos Pueblo – A un mes del colapso del techo de la discoteca Jet Set, que provocó la muerte de m[as de 230 personas, la Fiscalía del Distrito Nacional ha recibido al menos 39 acciones legales entre querellas y denuncias en contra de su propietario, Antonio Espaillat.
La primera querella fue interpuesta seis días después de la tragedia por los familiares del primer teniente de la Policía Nacional, Virgilio Cruz, y de Raunny Cedano, ambos fallecidos durante el colapso. Desde entonces, familiares de otras víctimas, incluidos empleados del establecimiento, han seguido acudiendo a los tribunales en busca de justicia.
Entre los querellantes se encuentran también los familiares de Fernando Reyes, quien laboró durante más de 30 años como jefe de camareros del Jet Set. De acuerdo con su familia, Reyes murió mientras visitaba a antiguos compañeros de trabajo y reclamaba prestaciones laborales que nunca le fueron reconocidas.
Los procesos legales incluyen la constitución en actor civil, una figura legal que permite a las víctimas o sus familiares reclamar compensaciones por daños y perjuicios. Sin embargo, abogados penalistas como Carlos Salcedo, Plutarco Jáquez y Waldo Paulino han advertido que algunas víctimas aún no han podido formalizar sus querellas por dificultades para reunir la documentación exigida por el sistema judicial.
El Ministerio Público, por su parte, ha comenzado a tomar medidas precautorias. En semanas recientes, ordenó la inmovilización de los bienes del empresario Antonio Espaillat, tras detectar movimientos que podrían comprometer una eventual reparación a las víctimas. Este miércoles, la Procuraduría incautó formalmente el local de la discoteca, colocándole sellos con la palabra “INCAUTADO” en letras rojas visibles desde el exterior.
Pese al avance de las medidas cautelares, los familiares de las víctimas han expresado frustración por la falta de citación directa al empresario propietario del establecimiento, cuyo testimonio sigue pendiente a pesar del volumen de demandas acumuladas.
La tragedia del Jet Set, ocurrida el pasado 8 de abril, ha sido una de las más graves en la historia reciente del país. Las investigaciones técnicas y penales se encuentran aún en curso, mientras la zona cero permanece cerrada, resguardada por militares y cubierta de fotografías, velas y mensajes de protesta que exigen justicia.
