31.8 C
Santo Domingo
lunes, septiembre 16, 2024

Artículos Relacionados

Advertencia recibida, la república del desorden vial: donde las leyes son opcionales

- Anuncio -

Autor: Ricardo Ripoll

¡Bienvenidos al caos organizado de la República Dominicana, donde la modernidad se mezcla con el surrealismo vial en una danza macabra que solo los más osados o insensatos se atreverían a desafiar! Tras leer el artículo del talentoso José Luis Taveras, no puedo más que aplaudir la maestría con la que desmenuza la contradicción viviente que es nuestro querido país. ¿Quién necesita adrenalina en parques temáticos cuando puedes experimentar el subidón de alquilar un auto en nuestras gloriosas calles?

El artículo de Taveras destapa una verdad a la que muchos se aferran como a un mito: la República Dominicana no es solo sol, playa y all-inclusive. ¡No señor! Aquí, salir a la calle es adentrarse en un safari urbano donde las reglas de tránsito son un simple rumor y las motos, esas nobles bestias de dos ruedas, tienen más vidas que un gato. En un país donde la publicidad estatal cuesta millones, pero educar a los ciudadanos sobre cómo no morir en el intento de cruzar una calle se considera una frivolidad, no podemos más que maravillarnos de la resiliencia del dominicano promedio.

Este es el país donde los semáforos son una sugerencia y las aceras, un concepto abstracto. Como bien apunta Taveras, los dominicanos han convertido la contaminación visual en un arte, y el caos en un estilo de vida. Porque, ¿qué mejor manera de vivir el sueño caribeño que sudando bajo el sol abrasador mientras un dembow a 120 decibeles perfora tus tímpanos?

uyyyy

Pero claro, no todo es malo. ¡Tenemos nuestros Ferraris esquivando chatarras viejas! Y si eso no es símbolo de progreso, no sé qué lo sea. Los contrastes son el pan de cada día en esta nación donde el futuro y el pasado se enfrentan en una batalla que ninguno de los dos parece estar ganando. Y en medio de todo esto, la esperanza de que algún día, quizás, podamos aspirar a ser algo más que la excusa perfecta para un buen chiste de supervivencia urbana.

Así que, para aquellos que, como Taveras, se atreven a señalar lo obvio con una mezcla de sarcasmo y desesperanza, solo queda una cosa por decir: gracias por recordarnos que la verdadera aventura dominicana no está en nuestras playas, sino en nuestras calles. ¡Y que vivan los valientes que se atreven a recorrerlas cada día!

Para una perspectiva aún más detallada y leer el artículo que inspiró este, te invitamos a visitar el trabajo de José Luis Taveras titulado «Advertencia: Esto es República Dominicana» en el siguiente enlace: https://www.diariolibre.com/opinion/en-directo/2024/08/28/advertencia-esto-es-republica-dominicana/2832587. Su análisis ofrece una visión crítica y profunda de las realidades que discutimos en este artículo.

- Anuncio -