domingo, mayo 5, 2024

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Algo peor que la inmoralidad, y otras yerbas… Por Gnosis Rivera

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Más que demostrado está que estamos gobernados por un grupo de personas inmorales y amorales.  Desde mi opinión, la amoralidad es tan o más dañina que la inmoralidad. El inmoral posee una serie de códigos que le garantizan la ejecución segura de sus actos; posee reglas que sostienen su permanencia dentro del sistema, cualquiera que sea, que haya secuestrado. El inmoral es un descarado obvio ante los ojos de la gran mayoría, sus acciones le preceden y le delatan. Por el contrario, el amoral puede pasar desapercibido ante nuestros ojos, sabe vestirse de indiferencia y normalidad; una indiferencia que va fastidiando todo por lo bajo. El amoral no se inmuta, no conoce de códigos, no le importa nada, más que él y su fin. Le importa un carajo el sistema y aquellos que le conforman, sea que le sirvan o no. 

El amoral es un oportunista de la peor estirpe. Sonríe y abraza, pero traiciona y delata. El amoral es cáncer silente, que cuando llegas a notar su daño, es mucho ya el recorrido. El amoral no le interesa nada sobre la unidad. Es un camaleón que se esconde en las ramas y se mueve al compás del viento, a la espera de su mejor momento. Puede ser tu mejor aliado y luego irse justo al bando contrario. Y solo recuerdo al Danilo de la primera vez, ese que estuvo tras bastidores, callado, silente. Quizá calculando su momento. Ese Danilo que profirió la estocada a un PLD que desde su médula ya venía pudriéndose y lo convirtió en “nosotros” y “ellos”. Ese Danilo suave y sonriente, que abrazaba a la doñita y le dejaba un beso en su cabeza sudada de pobreza. Al Danilo del charco y al de la llamada al ingeniero.  Luego me encuentro con el arrogante, el inmutable, el que emplaza, el que calla e irrespeta voluntades. Recuerdo al mentiroso y su tiburón, y solo puedo concluir que su amoralidad es de las más exquisitas y finas. 

Y esa misma amoralidad es la que hace que poco le importe que ya no sirva, ¡nunca más!, como propuesta política de nada. Esa amoralidad es la que me permite entender que le importe tan poco que el PLD, esa máquina electorera que decidió darle la espalda al pueblo y optó por ser solo una fábrica de carguitos a repartir, se esté yendo a la misma cloaca. Solo desde la comprensión de la idea de amoralidad es que puedo entender que entre ellos se estén desnudando los cueros, con declaraciones nada gratuitas y todo pesadas.  Solo entendiendo que el PLD es un nido de amorales es que puedo afirmar que la forma hasta ahora empleada para combatir el caos que somos como país debe ser dramáticamente modificada.

Y Marcha Verde debe entender este estilo de comportamiento peledeísta. De lo contrario, nos quedaremos en marchas, chichiguitas y volantitos.  Y aquí entran las demás yerbas que humildemente comparto con todos los verdes. Ofrecidas desde la mejor intención de mi corazón ciudadano. Y lo hago desde esta tribuna, para que el pueblo dominicano sea testigo de que hay muchos que realmente anhelan un cambio sustancial en nuestra tan maltratada república democrática.

  1. Primero es resistir al temor de señalar a las cosas por su nombre. No ceder ante la idea de que haciendo algunas puntualizaciones le hacemos daño al movimiento. Nada puede crecer fuerte desde la parcela de la inseguridad y en la ausencia de la autocrítica; una, naturalmente, bien intencionada. Nada puede dividir el sentimiento de indignación que ha venido a ser Marcha Verde, así que, os ruego, que antes de leer para contestar y replicar, lo haga para comprender y evaluar.
  2. Urge sacar las asambleas de Marcha Verde de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD, otrora símbolo inequívoco de las luchas sociales del pueblo; hoy nido secuestrado por el PLD y otras fuerzas partidistas que, por muy poco, representan el verdadero sentir del soberano.
  3. Las asambleas deben llegar a los barrios. Ahí están los clubes deportivos, las iglesias, las juntas de vecinos, las organizaciones juveniles, entre otros. Esos barrios tienen mucha experiencia en sobrevivencia cruda, ellos más que nadie necesitan ser escuchados y llevarles estas asambleas es una manera de darle voz a un segmento dopado por el fomento de una pobreza sostenida y redituable solo para los partidos.
  4. Por transitividad, la puesta en práctica del punto anterior sacará a flote el talento innato de liderazgo que posee mucha gente de nuestros barrios. Es urgente darles el debido espacio a esas personas en esta lucha. No conviene encasillar el movimiento a un segmento de la población. El sentimiento verde ocupa el corazón y la rabia de todos los dominicanos por igual.
  5. Me parece necesario replantear las exigencias del Libro Verde. Comprender las factibilidades de las demandas ya sometidas, y comprometer a la Procuraduría General en su entrega. No olvidemos que Jean Alain podrá ser el procurador, más no la Procuraduría. Las exigencias deben realizarse dentro del marco en el cual pueden ser atendidas. El Ministerio de la Presidencia no tiene absolutamente nada que hacer con las demandas entregadas.
  6. El Libro Verde debe estar en barberías, heladerías, empresas, colmados, salones de belleza, talleres de mecánica y el mejor etcétera posible; que cada dominicano se constituya en atalaya de este instrumento de reclamo. Y que una comisión más que proba garantice la integridad de estos insumos y el propósito para el cual existe, lo contrario sería un error garrafal contra un pueblo que está severamente dañado en su fe.
  7. Los ejemplares del Libro Verde deben estar resguardados en el Archivo General de la Nación. No en otro lugar.
  8. Al PLD le importa un pepino y tres flautas lo que digan las voces más conocidas de Marcha Verde; le conocen de otras luchas, secuestradas o no. Conocen su historial, sus puntos fuertes y débiles. Hay figuras comprometidas con causas partidistas y eso ni conmueve ni promueve, peor todavía, este hecho le hace un flaco favor a la credibilidad del colectivo. Un nuevo liderazgo es ¡más que urgente! Y hay que motivarlo a que surja.
  9. El gobierno no le hace caso al pueblo, pero sí al empresariado, mejor aún, tal parece que le funge de administrador. Me parece que va siendo hora de empezar a ver el cuadro completo y dirigir la atención al sector privado que se ha estado lucrando de la corrupción e impunidad que más que promover, garantiza el gobierno. Hablemos de Grupo Estrella; hablemos de las empresas relacionadas a todas las licitaciones, hablemos de los concursos a dedo. Empecemos a señalar a cada uno por sus actos, porque no solo nos timan desde el Estado, también lo hace el empresariado y el sistema financiero.
  10. Cuidemos nuestro lenguaje. El soberano no le pide al gobierno, ¡le exige!, ¡le demanda! No es violencia, es el justo reclamo de derechos.
  11. Es conveniente hacernos asesorar por politólogos y sociólogos que nos ayuden a comprender la psicología política de nuestro tiempo, para gestionar mejor la lucha. Es gastante poner en marcha estrategias que pudieron dar resultado antes, más ahora solo son escenarios para consumir energía, recursos materiales y tiempo valioso.
  12. Este proceso es nuevo para todos. Señores, entendamos algo: lo que ocurrió este 22 de enero ¡es un hecho sin precedentes! Entonces, seamos sensatos, humildes, dejemos el protagonismo, las ansias impetuosas y aceptemos ¡TODOS! el aprendizaje que implica el contexto en el que nos hallamos hoy día.  Marcha Verde puede y ¡debe! significar un antes y un después en la vida democrática de la nación dominicana.

Sepan bien con quién estamos luchando. Son décadas de estar dormidos. Piensen en el futuro de nuestro país e involucre hoy a sus hijos e hijas en discusiones sobre lo que está pasando en dominicana. Construyamos una nueva generación, una despierta, una a la que no le cueste tanto lo que a nosotros, hoy, nos está significando en calidad de vida, tiempo, dinero, futuro. El relevo generacional es urgente.

Y como no abandono mi tinte de idealista con matiz pendejo, recomendaría a los pocos morales que hay en el PLD, -porque no puede ser que todos estén podridos- a que salga de ahí; salga de ese lodazal donde ni la Flor de Loto se atreve a nacer, salga ahora que puede, pida perdón al pueblo, sea por su pasividad, por su indiferencia o por lo que fuere, pero de la cara y escape. Créame, ahí no hay más que dinero sucio con la sangre de niñas, niños, hombres y mujeres dominicanos.

¡Nos vemos mañana en San Francisco de Macorís!

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