Somos Pueblo – SANTO DOMINGO NORTE, R.D. – 3 de junio de 2025
A casi dos meses de la tragedia en la discoteca Jet Set, el rostro de Aracelis Rodríguez Vargas permanece en la memoria de quienes la conocieron como una mujer alegre, bondadosa y luchadora. Su muerte, ocurrida durante el colapso del techo del establecimiento el 8 de abril, dejó a tres hijas —de 25, 19 y 13 años— enfrentando un vacío irreparable.
“Nosotras básicamente nos quedamos solas”, dice Kiara Pérez, la hija mayor, quien ahora carga con la responsabilidad del hogar y del bienestar de sus hermanas menores. “Mi mamá y yo éramos un complemento. “Ella era mi soporte y yo el de ella”.
Aracelis, de 49 años, trabajaba en atención al usuario en el Hospital Ney Arias Lora. Era madre soltera, abuela de una niña de cinco años y pilar fundamental de su familia. Aquella noche asistió a los tradicionales “lunes merengueros” con un grupo de cinco personas, de las cuales solo dos —incluyéndola a ella— perdieron la vida.
La espera que terminó en tragedia
Kiara recuerda cómo recibió las primeras noticias del incidente. Su hermana menor le mencionó que una discoteca había colapsado, pero sin confirmar el nombre. Fue al revisar su cuenta de Instagram cuando vio que el lugar afectado era el Jet Set, el mismo que su madre había planeado visitar.
“Empezamos a llamar y escribirle por WhatsApp. “Los mensajes le llegaban, y eso me dio esperanza”, cuenta. Pero las horas pasaban y no había respuesta. Eventualmente, una enfermera del Ney Arias Lora atendió el celular de su madre: su cartera, teléfono y documentos habían sido llevados allí por equivocación.
La incertidumbre terminó alrededor del mediodía del martes, cuando Kiara recibió una llamada: el cuerpo de su madre había sido recuperado entre los escombros.
“No queremos que esto quede impune”.
Con el duelo aún fresco, Kiara afirma que su familia tomará acciones legales contra los propietarios del Jet Set. “No lo hacemos por dinero, sino por justicia. “No es justo que tantas familias hayan perdido a sus seres queridos y que a casi dos meses no se haya hecho nada”, expresó entre lágrimas.
Según relató uno de los sobrevivientes del grupo con el que su madre asistió, algunos lograron escapar al percatarse del colapso inminente del techo. Aracelis y otra persona estaban más rezagadas y no lograron salir a tiempo.
A pesar del apoyo recibido a través del Bono de Emergencia y otras medidas del gobierno, Kiara sostiene que la impunidad no puede prevalecer por tratarse de empresarios con recursos. “Una disculpa pública no basta. “Mi madre no volverá, pero exigimos que se haga justicia”, dijo.
La historia de Aracelis Rodríguez Vargas es una de las 236 que resumen el drama humano detrás de la tragedia del Jet Set, una herida aún abierta en la sociedad dominicana.
