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Carlos Peña promete una deportación masiva de inmigrantes haitianos indocumentados.

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El enfoque en el tema haitiano destaca en el programa de Gobierno del ingeniero Carlos Peña, quien busca la Presidencia de la República Dominicana. Una de sus primeras acciones, de llegar al poder, sería la deportación masiva de inmigrantes ilegales, una medida que considera crucial para la seguridad nacional. Como candidato de Generación de Servidores (GENs), Peña argumenta que se debe priorizar el bienestar de los dominicanos, y establece un plazo de 30 días para que los indocumentados abandonen el país de manera voluntaria antes de aplicar medidas más severas.

Durante su intervención en el programa «La propuesta de los candidatos», organizado por el Grupo de Comunicaciones Corripio, el ingeniero eléctrico y pastor evangélico adoptó una postura radical en relación con su política migratoria y económica. Propone la eliminación de unos 11 ministerios y direcciones generales, así como de las Administradoras de Riesgo de Salud (ARS) y las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

«Nosotros mantenemos una posición muy radical en este asunto: una vez en el Gobierno, otorgaremos un plazo de 30 días a los inmigrantes ilegales para que abandonen el país de manera voluntaria. Al finalizar este plazo, promoveremos las exportaciones más grandes que se hayan visto en la historia de América desde la llegada de nuestros ancestros a estas tierras», declaró Peña.

El candidato de Generación de Servidores (GENs) también anunció que prohibirá las manifestaciones realizadas por haitianos, como el gagá y el vudú, considerándolas como prácticas diabólicas y contrarias a la Constitución dominicana.

Mencionó además que la práctica del Islam está vedada en República Dominicana debido a que su doctrina religiosa avala la poligamia, y señaló la existencia de 36 mezquitas en Haití, cuya posible relación con actividades terroristas no se puede descartar.

El candidato enfatizó la defensa de los valores occidentales, especialmente aquellos arraigados en el cristianismo, afirmando: «Nos oponemos a cualquier proceso de islamización». Advirtió sobre la presencia de 36 mezquitas en Haití financiadas con los petrodólares de Catar, planteando preocupaciones sobre la posible incubación de células terroristas. Se comprometió a que, si el gobierno dominicano detecta actividades terroristas en Haití, tomará medidas para evitar su ingreso a la República Dominicana.

Se comprometió a la edificación de una estructura fronteriza sólida, diferenciándola de lo que describió como una «malla de gallinero» previamente utilizada para engañar al pueblo dominicano.

Según su afirmación, este nuevo muro tendría una función multifacética, permitiendo el desplazamiento de las fuerzas armadas para supervisar los 189 kilómetros lineales de la frontera.

Además, propuso la contratación de servicios satelitales para monitorear en tiempo real toda la frontera marítima, aérea y terrestre, incluyendo la implementación de una aplicación móvil para que cada ciudadano dominicano pueda observar la situación en la línea divisoria de la isla Hispaniola.

Critica las visas otorgadas por el Gobierno actual a los haitianos, proponiendo la eliminación de todos los consulados en el país vecino. Sin embargo, plantea la apertura de un consulado en Puerto Príncipe una vez que se resuelvan los problemas que enfrentan los haitianos.

Otra de sus propuestas implica la vinculación de los mercados binacionales con el muro fronterizo. «No sé si ha visitado el supuesto mercado binacional de Jimaní o Elías Piña», expresó. «Es una farsa. No existe tal mercado binacional. Son los haitianos quienes venden y compran en ambos lados. Aunque los productos puedan provenir de la República Dominicana, son los haitianos quienes están presentes durante las transacciones».

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