Somos Pueblo – Los presidentes del CONEP, Celso Juan Marranzini, y de la Asociación de Industrias (AIRD), Julio Brache, expresaron que la crisis en Haití representa una amenaza directa a la seguridad y estabilidad de la República Dominicana, por lo que pidieron abordar el tema como un asunto de nación, desde el Consejo Económico y Social (CES), y replantear la dependencia del país en mano de obra extranjera no documentada.
Marranzini advirtió que la falta de gobernabilidad en Haití, con gran parte del territorio bajo control de bandas, pone en riesgo la seguridad nacional del país y de toda la región. A su juicio, el reciente encuentro entre el presidente Luis Abinader y los expresidentes fue un paso positivo para estructurar un diálogo que permita enfrentar el problema con una visión unificada. “Estamos ante una amenaza tan seria como lo es tener un país vecino prácticamente controlado por bandas”, expresó.
En la misma línea, Julio Brache sostuvo que el CES es el espacio adecuado para construir un consenso nacional sobre Haití. Además, planteó que el país debe reducir su vulnerabilidad frente al mercado laboral informal mediante la automatización de sectores como la construcción y la agroindustria. “Hay que mecanizar los procesos. En otros países, como Estados Unidos, ya se usan materiales y tecnologías que reducen la necesidad de mano de obra”, dijo.
Ambos empresarios también reconocieron el impacto económico que ha tenido la crisis haitiana en el comercio bilateral. Aunque señalaron que las exportaciones se han mantenido relativamente estables, insistieron en que la seguridad no puede sacrificarse por mantener un flujo comercial con Haití.
Finalmente, reiteraron la disposición del sector privado de participar activamente en las mesas de trabajo convocadas por el Gobierno y aportar soluciones que favorezcan el interés nacional.
