La Policía de Colombia descubrió un cargamento de 176 kilos de cocaína ocultos en 18 toneladas de cocos con destino a España. Los narcotraficantes perforaron los cocos, mezclaron el agua con cocaína y sellaron los agujeros para evadir controles.
El general William René Salamanca, director de la Policía de Colombia, indicó que esta sofisticada técnica de encubrimiento requiere conocimientos químicos avanzados en ambos extremos de la operación. Además, se anunció el inicio de una investigación transnacional en colaboración con autoridades de Estados Unidos, Europa y República Dominicana.
Gracias a un análisis detallado de imágenes, el olfato de caninos y una alerta de las autoridades francesas, el cargamento fue interceptado en el puerto de Cartagena. La cocaína, de alta pureza, estaba valorada en más de siete millones de euros, lo que equivaldría a la comercialización de 440,000 dosis.
Según la hipótesis más sólida de la Policía, los narcotraficantes utilizan esta nueva ruta para evadir controles, llevando la droga a República Dominicana desde un punto cercano para luego contaminar la carga de exportación y enviarla a Colombia. La carga, que tenía sello de revisión de República Dominicana, pretendía aprovechar la confianza en la revisión previa para evitar ser detectada en Colombia.
La operación resalta la constante innovación de los narcotraficantes y la necesidad de una cooperación internacional efectiva para combatir el tráfico de drogas.
