Seúl.– Las tropas norcoreanas enviadas a Rusia para participar en la guerra contra Ucrania están sufriendo bajas masivas, según estimaciones del Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) de Corea del Sur. Las cifras más recientes indican que de los 11,000 soldados desplegados desde octubre del año pasado, más de 3,000 han sido afectados, incluyendo 300 muertos y 2,700 heridos.
El espionaje surcoreano, que ha analizado videos de combate, destaca que las tropas norcoreanas carecen de preparación para la guerra moderna, realizando acciones ineficaces como abrir fuego contra drones de largo alcance. Además, se informa que las tropas rusas utilizan a los norcoreanos en ataques a gran escala, lo que incrementa el número de bajas.
Medios de Seúl aseguran que las autoridades norcoreanas han obligado a sus soldados a optar por el suicidio antes que permitir su captura. Un caso reciente revelado por la prensa detalla cómo un soldado gritó «¡General Kim Jong-un!» antes de detonar una granada para evitar caer prisionero de las tropas ucranianas.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, anunció este fin de semana la captura de dos soldados norcoreanos en la región de Kursk. Según información proporcionada por las agencias de inteligencia surcoreanas, los prisioneros forman parte de la Oficina General de Reconocimiento, una de las principales agencias de inteligencia militar del régimen de Kim Jong-un.
En un video difundido en la cuenta oficial de Zelenski, los soldados capturados aparecen heridos y siendo interrogados. Uno de ellos declaró que desconocía su participación en un conflicto real y expresó su deseo de permanecer en Ucrania, mientras que el otro manifestó su intención de regresar a Corea del Norte.
Zelenski propuso devolver a los soldados a Kim Jong-un a cambio de que interceda con Moscú para repatriar a prisioneros de guerra ucranianos capturados por Rusia.
La noticia del despliegue de tropas norcoreanas en Rusia ha comenzado a filtrarse dentro del hermético país, generando temor y preocupación entre las familias de los soldados. Aunque algunos ciudadanos ven este apoyo militar como una oportunidad para mejorar las condiciones de vida mediante una alianza más fuerte con Rusia, otros critican abiertamente al régimen por enviar a sus soldados como «esclavos» y «carne de cañón».
Según reportes, las autoridades norcoreanas están ofreciendo compensaciones materiales, como alimentos y productos de primera necesidad, a las familias de los soldados desplegados, intentando mitigar la tensión social por las pérdidas humanas en el conflicto.
Mientras tanto, Corea del Norte continúa demostrando su poderío militar. El reciente lanzamiento de un misil hipersónico se interpreta como un intento de atraer la atención del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Analistas surcoreanos creen que Pyongyang busca iniciar un diálogo con Washington, aunque la posibilidad de un desarme nuclear completo parece lejana.
En el ámbito diplomático, se especula sobre una posible visita de Kim Jong-un a Rusia en la primera mitad del año, consolidando aún más la alianza entre ambos países en medio del conflicto en Ucrania.