Santo Domingo, 1 de julio de 2025.
Somos Pueblo – En la República Dominicana, más de RD$9,593 millones de pesos permanecen depositados en cuentas bancarias de personas fallecidas, a la espera de ser reclamados por sus herederos legítimos. Esta situación, que representa el 1.31 % del total de cuentas del sistema financiero nacional, ha encendido las alarmas sobre la necesidad de modernizar y simplificar los procesos de acceso a estos recursos por parte de las familias afectadas.
Los datos fueron ofrecidos por Junil Fermín, directora legal de la Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA), quien explicó que el sistema bancario está legalmente obligado a custodiar y proteger los fondos de clientes fallecidos, evitando que sean sustraídos de forma indebida por terceros no autorizados.
¿Qué pasa con una cuenta bancaria cuando muere el titular?
Al momento del fallecimiento de un titular de cuenta, las entidades financieras dominicanas aplican una restricción inmediata sobre los fondos asociados. Esto implica que las cuentas quedan bloqueadas, se suspende cualquier movimiento y dejan de generar comisiones o cargos, protegiendo así el patrimonio de los herederos.
Sin embargo, acceder a esos fondos no es inmediato ni sencillo. La legislación vigente exige un proceso de sucesión que debe seguir una serie de pasos legales y fiscales, incluyendo:
- Acta de defunción del titular.
- Declaración sucesoral ante la Dirección General de Impuestos Internos (DGII).
- Determinación de herederos legítimos por vía judicial o notarial.
- Documentación legal que acredite la representación de los beneficiarios.
- Solicitud formal ante cada entidad financiera.
Cada banco revisa individualmente los documentos, lo que incrementa la duración, complejidad y costo del proceso.
Causas del estancamiento: conflictos y burocracia
Una de las principales causas que retrasan la entrega de los fondos es la falta de consenso entre herederos. En muchos casos, surgen disputas familiares por la distribución de bienes, lo que impide avanzar en el proceso legal. Además, existen casos donde personas que no tienen vínculo legal con el fallecido intentan reclamar los fondos, lo cual exige medidas adicionales de verificación.
Otra dificultad señalada por Fermín es que en ocasiones el monto del depósito es tan pequeño que no justifica el esfuerzo económico que requiere el proceso sucesoral, lo cual disuade a los familiares de iniciar el trámite.
“No se trata solo de legalidad. A veces es una decisión práctica: si reclamar esos fondos cuesta más que lo que hay en la cuenta, muchas familias simplemente lo dejan pasar”, comentó la funcionaria de la ABA.
¿Cuánto representan estos fondos?
Aunque la cifra de RD$9,593,712,891 parece elevada, estos fondos solo representan el 0.36 % del total de las captaciones de la banca múltiple, lo que indica que la mayoría de los recursos bancarios están activos y en manos de titulares vivos.
Aun así, se trata de una suma relevante, que podría estar al servicio de los ciudadanos si existieran mecanismos más ágiles y eficientes para su reclamación.
Propuesta de mejora: unificar el proceso
Consciente de los desafíos, la ABA está trabajando junto a las autoridades regulatorias, organismos del Estado y otros gremios financieros en una propuesta de reforma que tiene como objetivo principal:
- Unificar los requisitos documentales exigidos por todos los bancos.
- Crear una ventanilla única para facilitar el trámite de herencia bancaria.
- Fortalecer la interoperabilidad entre entidades financieras y organismos públicos como la DGII, el Poder Judicial y la Junta Central Electoral.
- Reducir los tiempos de respuesta sin comprometer la seguridad jurídica ni la prevención del fraude.
Esta iniciativa busca además elevar la transparencia, eficiencia y sensibilidad institucional en un momento que muchas veces implica dolor y confusión para las familias.
Una oportunidad para educar y prever
Expertos legales consultados coinciden en que este fenómeno también pone en evidencia la falta de cultura testamentaria en la República Dominicana. La mayoría de las personas no dejan testamento ni instrucciones claras sobre sus bienes, lo que complica la vida de sus seres queridos al momento de su fallecimiento.
Por ello, se hace cada vez más urgente educar a la población sobre la planificación patrimonial y sucesoral, tanto en términos legales como financieros. Un testamento bien elaborado, una cuenta con beneficiarios designados o el uso de fideicomisos pueden hacer la diferencia entre una herencia en orden y una pesadilla legal para los familiares.