A pesar de que Donald J. Trump aún no asume oficialmente como presidente de Estados Unidos, ya ha generado expectativas entre los millones de estadounidenses que viven fuera del país. Durante su campaña, el presidente electo Trump prometió eliminar la práctica de «doble imposición» que obliga a estos ciudadanos a presentar declaraciones de impuestos tanto en el país en que residen como en Estados Unidos. Esta medida, según muchos analistas, sería un alivio para la diáspora estadounidense, que por años ha enfrentado la carga y las complejidades de tributar en dos jurisdicciones.
¿Por qué los estadounidenses en el extranjero deben pagar impuestos en EE.UU.?
La doble imposición de los ciudadanos estadounidenses es un concepto que se remonta a la Guerra Civil. En 1861, para financiar el esfuerzo bélico, el gobierno implementó el primer impuesto sobre la renta personal. Aunque esta medida fue temporal y derogada en 1872, el concepto de gravar a los ciudadanos estadounidenses en base a su ciudadanía y no a su lugar de residencia continuó y se consolidó en 1913 con la aprobación de la Decimosexta Enmienda, que otorgó al Congreso la autoridad para imponer impuestos sobre la renta. Desde entonces, EE.UU. ha sido uno de los pocos países en el mundo que mantiene este enfoque basado en la ciudadanía, mientras que la mayoría de las naciones adoptan un sistema tributario basado en la residencia.
El impacto potencial de la eliminación de la doble imposición
Si Trump cumple con su promesa, la eliminación de la doble imposición podría ser un cambio significativo para los cerca de 9 millones de estadounidenses que residen fuera de Estados Unidos. Esto podría simplificar el proceso de declaración de impuestos y reducir las cargas financieras para quienes actualmente enfrentan impuestos en dos países. Además, esta reforma pondría a EE.UU. en línea con la práctica internacional, donde la mayoría de los países solo recaudan impuestos de quienes residen en su territorio.
Organizaciones como Republicans Overseas han manifestado su apoyo a esta medida, resaltando que es una victoria para la libertad económica de los ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, críticos advierten que si bien esto sería beneficioso para los ciudadanos en el extranjero, también podría afectar la recaudación fiscal del país.
¿Qué sigue ahora?
Queda por ver si Donald Trump logrará implementar esta reforma una vez que asuma el cargo. Aunque su promesa ha generado esperanzas entre la diáspora, existen múltiples desafíos que podrían afectar la implementación de esta medida. Desde la regulación fiscal hasta el impacto en la recaudación de ingresos, la eliminación de la doble imposición es una promesa compleja y ambiciosa.
En un momento en que la economía global se ha vuelto más interconectada que nunca, muchos ven la doble imposición como una política obsoleta y piden su eliminación. La pregunta es si Donald Trump podrá cumplir con esta promesa y, en última instancia, aliviar la carga fiscal de los estadounidenses que viven en el extranjero.
