Somos Pueblo – Crece el malestar entre usuarios del servicio eléctrico que acuden a la Oficina de Protección al Usuario de Electricidad (Protecom), quienes aseguran sentirse desamparados frente a lo que describen como “errores de facturación” y procesos lentos, especialmente en los casos de retiro de medidores.
Las denuncias coinciden en que, lejos de encontrar respuestas, los usuarios enfrentan largas esperas, pérdidas económicas y un desgaste emocional que, en ocasiones, se agrava por la falta de empatía en la atención recibida.
El viacrucis de María González Martínez
Con un folder repleto de documentos y un semblante cargado de angustia, María González Martínez acudió a una estafeta de Protecom en la avenida Las Américas para reclamar una solicitud que lleva dos meses sin respuesta: el retiro del medidor eléctrico de la vivienda que ya no habita.
La mujer, quien libra una dura batalla contra el cáncer de piel, explicó que se mudó a casa de su hija por problemas de salud y económicos, pero las facturas de su antigua vivienda continúan llegando.
“Ya yo estoy que no encuentro qué hacer. Interna, con cáncer en la piel y una lucha… Yo creo que me voy a caer muerta con esta situación”, expresó entre sollozos.
A pesar de haber solicitado formalmente la cancelación del servicio, en septiembre recibió una factura de RD$1,200, la cual se vio obligada a pagar. Con un expediente lleno de reclamaciones previas, aseguró que en varias estafetas de Protecom la han enviado de una oficina a otra, sin resolverle.
Reclamos por facturación irregular
Una situación similar vive Manuel Antonio Reynoso Reyes, quien acudió a la oficina de Protecom en Los Trinitarios para denunciar una facturación elevada e inestable en su hogar.
Según relató, inspectores de la distribuidora revisaron su medidor, identificado con el número 22040312, y lo catalogaron como “sulfatado” o mal ajustado. Sin embargo, las soluciones nunca llegan.
“Uno viene aquí a perder el tiempo, porque uno nunca tiene la razón”, lamentó Reynoso, tras explicar que sus facturas han oscilado de manera irregular: de RD$800 en meses anteriores, a RD$7,000 en diciembre, y más recientemente RD$3,000, de los cuales le exigieron pagar al menos la mitad.
Un malestar generalizado
Los testimonios de María y Manuel reflejan un sentimiento compartido por otros usuarios, quienes afirman que Protecom suele fallar más a favor de las distribuidoras que de los consumidores.
“Un colmado debajo de mi casa, con cuatro freezers y una nevera, paga RD$12,000. ¿Cómo es posible que a mí, con un consumo menor, me llegue casi igual?”, cuestionó otro cliente, que prefirió no identificarse.
Algunos afectados señalan que las irregularidades no solo impactan su economía, sino también su estabilidad emocional, pues sienten que las instituciones llamadas a protegerlos les dan la espalda.
Mientras las quejas aumentan, las estadísticas recientes de Protecom confirman que las reclamaciones por alta facturación son las más recurrentes, representando más del 90 % de los casos en distintas provincias del país.