Despertar.

Y aquí estoy frente a una hoja en blanco esperando que las musas que decidieron marcharse hace 20 años sin esperanzas de retorno escuchen mi clamor. Así me siento en este espacio que con cuidado seleccioné para encontrar alguna inspiración o por lo menos algo ligeramente alentador para compartir contigo, conmigo, con todos los que decidan tomarse unos minutos para esta charla virtual que, aunque se lea como un monólogo, sea más una conversación amplia y abierta para todo aquel que necesite escuchar y ser escuchado, pero, sobre todo, para el que desee ir por más.

Calmada y con muchas ansias tomo notas de lo que podría serme útil en el camino a purgar mi mente y mi espíritu abatido por esta oleada de desesperanza y abuso, lo cual tristemente debo admitir y no sé si alguien allá afuera pueda sentirse identificado conmigo, me hizo olvidar que soy parte de una patria que tiene una voz a pesar de que aprendimos a callar, y, tiene dolientes a pesar de que seamos en muchas formas sus más duros verdugos.

Bien. Si sigues aquí conmigo quisiera empezar esta plática desde cero, así como lo que estamos viviendo hoy en nuestro país, empezando de cero.  Lo cual me lleva a una reflexión. Ya pasó la tormenta, el fervor de la contienda política, y, como nos prometieron un cambio, aún alborotados, expectantes tal como niños de campo frente a una televisión panorámica 4k con emoción, pero algo desconcertados. ¿Será este el cambio que todos esperamos?

Quizás muchos de nosotros podríamos decir que sabemos lo que la palabra cambio significa y no. No es mi intención hacer criticas partidistas de ningún tipo. Al menos no por ahora. Nadie debe ser juzgado con vara ajena. Bien, volviendo al cambio, me pareció interesante la definición que aparece de en el buscador de internet y dice esto.

Cambio.

Acción de cambiar. “Cambio de actitud de accionar»,

Dinero que se devuelve al comprador cuando entrega una cantidad superior al importe. «Aquí tiene su cambio»,

También puede referirse a la acción de sustituir o reemplazar algo. «Cambiamos a Juan por Pedro».

Es curioso como una palabra tan simple puede ser tan poderosamente sugestiva, al final lo que llamamos realidad siempre será vista única y exclusivamente desde nuestra manera de ver el mundo a través de nuestras experiencias, de nuestros juicios, de nuestros deseos. Así que una palabra simple puede llevar en ella toda una nación de promesas rotas, de esperanzas, de necesidades, de alivio, de incertidumbre, de seguridad.

El cambio que escuchamos recitar ese 16 de agosto tiene 10 millones de significados y todos están esperando ser contestados.

Todos los nuevos comienzos como el nuestro están repletos de retos, de buenas intenciones, de palabras de aliento de ganas de garras.

Pero también nuestros comienzos están saturados de deudas y crisis, de acciones corrompidas y mezquinas, de dudas. Todo esto nos presenta este nuevo despertar.

Así que tal vez nuestro cambio sea todas las definiciones anteriores y una más que está por definirse.

Y yo te pregunto a ti, me acompañaste hasta el final de este breve encuentro:

¿Para ti, qué es el cambio?

PG