Finalmente, y a 96 días después de su aprobación en el Congreso Nacional, el Senado de la República envió al Poder Ejecutivo la modificación a la Ley 225-20 sobre Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos.
Dicho sea de paso, este miércoles fue pospuesto una vez más el conocimiento del Recurso de Amparo en Cumplimiento y Extrema Urgencia que busca garantizar el cumplimiento de la Ley 225-20, interpuesto por Hernani Aquino y Ricardo Ripoll, que de manera definitiva se conocerá el próximo, según lo dispuesto por el Tribunal Superior Administrativo.
Pero a propósito de tanta dilación, y cumpliendo con su rol de responsabilidad social, Somos Pueblo se detuvo a hacer observaciones a la legislación a los fines de proponer cambios que serían ideales para el establecimiento de un marco jurídico que permita que República Dominicana se libere finalmente de los plásticos de un solo uso que tanto daño hacen a nuestro medio ambiente.
En ese sentido, proponemos que de manera inmediata y sin ningún tipo de prórroga, como ya concluyó en la ley actual, se inicie la sustitución de sorbetes, cubiertos y vasos desechables de plástico y de foam por opciones biodegradables, que a la vez servirían para desarrollar una nueva industria en el país, que hasta el momento está en ciernes con la fabricación de estos utensilios casi de manera artesanal.
Con una iniciativa como esta podemos dar una segunda vida a los residuos de plantas como el bambú y la caña, reduciendo los desechos que se vierten en cañadas o que llegan a los vertederos.
Es perentorio aplicar estas disposiciones a nivel nacional y en todas las áreas donde el plástico de un solo uso está presente, pero también es entendible que no es posible eliminarlo sin buscar una solución eco amigable. Ese caso se presenta en el área de salud con jeringas, guantes, catéteres y demás instrumentos médicos de utilización cotidiana, para los cuales entendemos puede establecerse un plazo de al menos seis meses hasta que se obtenga un sustituto, cuyo desecho no afecte al medio ambiente como lo hace el plástico en la actualidad.
En nuestro país existen leyes para todo, sin embargo, no se vela por el cumplimiento de las mismas. Es por ello que sugerimos el endurecimiento de las sanciones estableciendo multas progresivas para las violaciones a la ley, castigando los ingresos brutos anuales del infractor, un modelo semejante al que aplica la Dirección General de Impuestos Internos al colocar mora e intereses a la deuda acumulada.
No obstante consideramos que, más allá de las multas, se debe proceder con la clausura inmediata y definitiva de operaciones, decomiso de mercancías y responsabilidad penal solidaria de directivos. Para esto es necesario formar e instruir a inspectores del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales para que actúen en resguardo de la ley y la protección al medio ambiente.
El poderoso huracán Melissa es una evidencia de cómo el maltrato del ser humano al planeta ha provocado una oleada de fenómenos históricos en cuanto a la magnitud, que no es más que la propia madre naturaleza buscando un equilibrio al daño que le hemos provocado a la Tierra.
Si bien es cierto que, como decimos, “nos cogió lo tarde” para tomar conciencia y proteger nuestro entorno, no menos cierto es que más vale tarde que nunca y todavía estamos a tiempo de actuar.



