«De rodillas ante Dios y de pie ante el hombre», fueron las palabras de Elizabeth Silverio tras ser condenada por el Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional a siete años de prisión y al pago de 18 millones de pesos por usurpación de identidad en el área de la salud.
La condenada insistió en su inocencia, asegurando que no le hizo daño a ninguno de los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que trató en el Centro Knowledge Land (Kogland).
El caso de Silverio ha captado la atención pública debido a la gravedad de las acusaciones, que incluyen la suplantación de credenciales profesionales en el sector salud.