Cuando en mi cuenta de Twitter me enteré sobre el asalto a la sucursal del Banco Popular Dominicano (entidad bancaria que pertenece al Estado), en horas de la noche del pasado 26 de diciembre, me pasó por la cabeza que este era un show de mal gusto del Gobierno para dar trabajo a los Medios de Comunicación y mucho más a la que ellos consideran las tediosas Redes Sociales, pues en ese preciso momento también observaba que la tendencia # (símbolo utilizado en Twitter para los temas de mayor impacto en su red), era el de ODEBRECHT y su soborno a los funcionarios dominicanos desde el 2001 al 2014 de la presente década.
Mayor fue mi impacto en la mañana del 27 cuando me enteré por dichas redes que el asalto a dicha sucursal lo habían llevado a cabo ni más ni menos Percival Matos y Brayan Félix, quienes a pesar de ser los criminales más buscado por la Policía Nacional, habían tenido tiempo para ejecutar un asalto en una plaza pública sin tomar en cuenta que eran dos criminales altamente peligrosos publicados en periódicos y televisión y que cualquier persona podía identificarlos por el tipo de atuendo que eligieron para la ocasión; de inmediato al revisar la Tendencia #, pude percatarme que todavía este tema no había cogido la atención deseada, pero ya muchos usuarios estaban interactuando sobre el mismo. Y como es normal en cualquier caso, no faltaban los memes.
Para no cansarle el cuento y que vayan a pensar que esto se trata sobre mí, sigo con mis anécdotas y termino este mismo día con la rueda de prensa que hicieron los «Organismos de Seguridad del Estado», para anunciar que iban a disponer de su totalidad de efectivos militares para localizar a Percival Matos y su banda, cifra que en realidad es un mito en nuestro país, ya que a veces uno se pregunta si son tan preparados los militares que nos protegen como nación de igual manera que la cantidad que anda llevando fundas de supermercados y manejando vehículos a los funcionarios civiles y militares y a sus familiares. ¡Ahh se me olvidaba!, esta Rueda de Prensa la habían realizado tras una reunión con nuestro «Divino» mandatario presidencial en la que dio la orden, y no la de «Duarte, Sánchez y Mella», que los capturaran «vivos o muertos», no muy lejos de cualquier cartel que la mayoría de personas ha visto en las películas de vaqueros del Medio Oeste.
El 28 era el día preparado para lo que en las festividades le llaman el «Día de los Santos Inocentes»; pero vuelvo y le reitero, no pensé que iba ser tan magistral.
Estaba cayendo la tarde cuando vuelvo a enterarme que Percival había fallecido en un intercambio de disparos con un escuadrón mixtos de Bonao (incluyó Rueda de Prensa Presidencial anunciando su hazaña); en ese preciso momento, vuelvo y pienso: «mierda, lo que no había conseguido el Palacio de la Policía completo en alrededor de 4 meses, lo han logrado ejecutar unos magistrales policías de un Cuartel de Bonao».
Cuando comienzo a ver los detalles del caso en mi celular a través de las redes, más me voy indignando, y es que a este show le dieron un guión propio para el día que se celebraba. El vocero dando declaraciones confusas, la prensa presentando todo lo que le daban a ver (aquí quiero decir lo mal que me sentí al ver un vídeo cuya etiqueta de la planta televisora, no dejaba ver al televidente aquel capítulo mal hecho de Telenovelas, por lo mal que van los medios de comunicación nuestros; ya no importa moral, no importa investigar, que es una de las fases más importante del periodismo, no importa quienes estén mirando su canal a esa hora, lo importante es tener la primicia), pero luego más tarde veo lo que era más propicio para poner a la gente a comentar y dar por culminado su más grande «inocentada», ya el lector debe saber a qué hago referencia: vino un Garabito y le puso tono al asunto y creó la confusión de que aquel no era «Juanito Alimaña; y como todo show preparado tiene su efecto en el televidente, lo que se ha visto desde ese entonces ha sido conmovedor.
Ahora me voy a concentrar en por qué decidí hacer este escrito.
Lo primero es que quiero que analicemos por un momento si nos vamos a dejar seguir manejando por una claque que piensa que nosotros como país somos una «selva» y unos «muertos de hambre». Digo esto por lo mal que ha sido este show, que si fue creado, le ha salido el tiro por la culata a sus imaginarios; y si no lo fue, entonces John Percival para el Estado que nos gobierna, es un peregrino que vino a poner su vida para ayudarlos.
Con lo dicho anteriormente no quiero que adopten posturas acerca de lo que pienso de este difunto, ni malinterpreten que quiero debatir con sus mentes las que ustedes ya han creado, cada quien es libre de pensar lo que quiera y creo firmemente que las circunstancias de sus «actos» la conoce el que lo lleva a cabo, no otro, hasta para cada quien hacer algo tal vez influenciado por otro, analiza en su memoria si debe hacerlo o no.
Lo ocurrido con este caso debe ponernos a analizar varias cosas que vienen sucediendo en este país, una de ella es el verdadero rol de la Policía Nacional, si de verdad está en capacidad de cuidarnos como entes importantes de un Estado que ha sido atrofiado por la clase política; no veamos los «intercambios de disparos» (concepto que adopta la de «gris» para ejecutar ciudadanos), como algo que está bien en ciertos casos y en otros no; digo esto porque este cuerpo del orden es tan desorden que no está en capacidad ni siquiera de preparar bien un escenario que tenga credibilidad y no se incurra en tantas explicaciones, que cada vez que la dan en vez de crear realidades lo que crean es mitos; esto hay que verlo como un acto que si recibe apoyo no duden que pueda ser llevado a cabo como una forma de represión en futuros casos.
Por más que le busco una explicación a este caso nunca veo a un equipo Oficial de Bonao intercambiando tiros con el «Peligroso Asesino Percival», sino más que haciendo un espectáculo para hacer parecer real este intercambio.
Haciendo referencia al video de la etiqueta aquella, es obvio ver el galloloquismo de este equipo especial de la Policía, y ver también la falta de agresividad que debería mostrar un criminal tan peligroso y con táctica militar como debía ser Percival Matos. Las diversas ruedas de prensa de la Policía Nacional diciendo una cosa y luego otra: que el taxi, que lo otro, que aquello. Haciéndome el loco es bueno preguntar ¿cómo fue posible que el principal cabecilla de una anunciada banda por la policía, de los cuales se conocen muy pocos elementos, con entrenamiento militar de alto nivel, que anda en su vehículo con lo que hasta entonces da a entender había utilizado para moverse sin ser detectado que era una radio, me imagino de la frecuencia de los organismos que le daban seguimiento, muriera en una habitación por demás muy mal ocupada, pues si este señor era cabecilla de una banda de alto nivel como la que nos presenta la Policía, era por ser inteligente y tener capacidad para manejar los demás miembros, inteligencia que no utilizó, porque o dejó ir a su compañero y no me interesa quien le acompañase en un taxi y se quedó de guapo ante el peligro que se me ocurre ya estaba enterado se le venía encima y no irse en el vehículo que tenían disponible más rápido que era su jeepeta con radio y todo incluido para evadir aquel equipo y con más artillería para un posible enfrentamiento; o Brayan entró en pánico y decidió separarse de Percival y éste último era muy revolucionario que lo aceptó o ahí dentro se armó la del diablo entre los mismos miembros, cayendo Percival abatido; de no ser así, hubo alguna otra negociación, que en cualquiera de los casos fue una traición al jefe?. Si todo el tiempo al parecer se movieron juntos, porque precisamente después de separarse cae acribillado el líder.
Hay un factor que no me cuadra, pero siempre han puesto a Percival como el más peligroso de estos dos personajes, pero en lo que he podido observar a través de los datos que ofrecen los medios de comunicación y los videos que existen en la Red, Brayan es el que ejecuta y se enfrenta al peligro directo y por las actuaciones de los dos, tengo la impresión que este es más decidido que Percival.
Pero como no quiero crear conjeturas les pudiera comentar más preguntas que me surgen de este caso, pero como el fin de este escrito es crear conciencia entre los lectores del porqué no debemos hacernos eco de las informaciones que nos han presentado para darle un rol protagónico al mismo, ni tampoco dejarnos llevar por lo que he visto se da mucho en nuestros país y el mundo: cada quien tiene una visión diferente acerca de Percival, algunos lo han llamado revolucionario, otros asesino, en fin, se ha dicho de todo, incluso una periodista de admirada reputación, en su delirio de grandeza y creerse Dios (vuelvo y repito en esta parte que cada quien con su opinión y se la respeto) se atrevió a decir que Percival robaba dinero para beber, oler y buscar prostitutas (a menos que en la autopsia haya salido alguna prueba de esto, o que Percival alguna vez le haya dado una entrevista a la misma), no veo ningún juicio de valor alguno para hacer una afirmación como esa, pero como el punto es que cada quien hable y participe del tema, muchos aplauden este gesto de valor de la admirada aquella; este caso es tan particular que no podía ser otro el que presentaran para dar final a un año que se caracterizó por denuncia de todo tipo y por una jornada electoral que pasará a la historia por lo icónica que fue.
Aunque muchos no lo crean el factor detonante en estos sucesos es un Apellido: Percival, ya que por ahí anda un padre que en el dolor de su muerto, todavía no se ha detenido a analizar que uno de los puntos por el cual este caso cogió tanta afinidad en los medios y en la gente es por la actitud que podría llamar de guapeza que ha demostrado Percival padre; pero aquí admito que tal vez estoy hablando pluma de burro, pues a la verdad nunca he tenido hijos y no me imagino lo que debe estar pasando por la cabeza de alguien que tiene un alto perfil en investigaciones de este tipo y que en su afán de saber la verdad tal vez se haya dado cuenta de muchas otras cosas de la que nosotros los personajes comunes nunca podremos saber acerca de la realidad de la muerte de su vástago.
El segundo punto por el cual escribí este artículo, es para que a partir de los puntos descritos arriba, nos pongamos en lo que nos concierne como ciudadanos.
Que esta película que nos están presentando en primera fila y de la que ya muchos se han hecho participes, en esta parte me incluyo, en la que debido a su protagonismo ha puesto a periodistas, sociólogos, twitteros, usuarios de Facebook y en fin, a todos los que tienen interés en que este se convierta en un elemento de interés para tapar los temas primordiales que en realidad nos afectan como nación, no nos haga retroceder en la lucha porque los grandes criminales de este país paguen de alguna manera por el daño que le han ocasionado a esta pequeña demarcación del Caribe.
Con este espectáculo también viene el logro con el caso de Los Tres Brazos que se resolvió a media (digo a media porque lo ideal sería que apresaran a todos los implicados en esta trama, pero por lo menos vamos avanzando contra esta «mafia» que a nombre del pueblo ha cometido atropellos mayúsculos que van más allá de atracar bancos y asesinar personas en plazas comerciales, pues esto con su cara de yo no fui, asesinan la esperanza de una calidad de vida digna, de hospitales bien equipados, de una educación óptima, y en fin de muchas otras cosas más, que en realidad hacen mucho mayor daño.
Por último me gustaría como deseo de año nuevo que este año que viene sea el de poner a la clase política en orden y que de una vez y por todas, entiendan que gobiernan para nosotros su pueblo y que se deben a nosotros, no nosotros a ellos.
Post Data: Los que ven el asesinato de Percival como una buena forma de salir de los delincuentes son los mismos que se oponen a la pena de muerte en nuestro país, y quiero que sepan que los intercambios de disparos no disminuyen la delincuencia, sino que al contrario la incrementan, y esta es una forma de mantener a los verdaderos culpables sin castigo, pues se mantienen en la clandestinidad. Esos que planean, arman las bandas, ponen la logística, dirigen las operaciones, son más peligrosos que Percival, pues cuando le cae un soldado buscan otro con mayor perfil y tal vez con mayor nivel de locura que el anterior. De esos villanos es que debemos cuidarnos de verdad.
Nunca he estado ni estaré de acuerdo con los intercambios de disparos ni las ejecuciones extrajudiciales, a menos que empecemos por los grandes asesinos y criminales de nuestro país, que en su clandestinidad asesinan más gentes, corrompen más cosas e hipotecan nuestra patria.
El autor es anónimo por entender que las cosas que se hacen para una buena causa no necesitan fotografías ni estrellato.