Especialistas cuestionan si la discoteca operaba bajo condiciones adecuadas para su estructura original. La investigación técnica, aún en curso, deberá determinar si hubo errores humanos, fallas en los materiales o permisividad institucional.
Somos Pueblo — La noche que prometía ser de celebración se transformó en una de las mayores tragedias estructurales en la historia reciente de República Dominicana. El desplome del techo de la discoteca Jet Set, ubicada en la capital, ha cobrado la vida de más de 200 personas y dejado en evidencia múltiples cuestionamientos sobre la seguridad, el uso del espacio y la supervisión de edificaciones con fines comerciales en el país.
Desde que ocurrió el colapso, organismos de emergencia han estado trabajando sin descanso en la recuperación de cuerpos, atención a los sobrevivientes y en la estabilización del área para permitir una posterior evaluación técnica de lo ocurrido. “Esto se denomina ingeniería forense, y es lo que haremos tan pronto tengamos acceso a la edificación”, explicó Leonardo Reyes Madera, director de la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura y Edificaciones (Onesvie).
La magnitud del colapso, calificado como “el más difícil” que muchos rescatistas y técnicos han enfrentado en su carrera, ha generado gran presión pública para esclarecer las causas de forma oportuna y transparente. Mientras tanto, distintos expertos del área de la ingeniería estructural han comenzado a emitir opiniones preliminares basadas en análisis visuales, registros fotográficos y documentación histórica del edificio.

Un pasado olvidado: del cine al colapso
El terreno donde operaba Jet Set fue, décadas atrás, sede del cine El Portal. Según Cristian Rojas, expresidente del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia), este antecedente es clave para comprender lo sucedido. “Cuando vas a iniciar un proyecto en el ayuntamiento, sometes los planos y ellos otorgan un uso de suelo. El de ese edificio era para cine, no para discoteca”, explicó.
Rojas indicó que la construcción fue diseñada con losas prefabricadas tipo T o doble T, pensadas para soportar un tipo específico de carga, asociado a su uso original. “Por eso, cuando se desploma, el techo cae completo y el edificio queda totalmente descubierto. Esa estructura no fue concebida para soportar vibraciones constantes, sobrecargas ni modificaciones pesadas como las que implica un centro nocturno”, afirmó.
El ingeniero también hizo hincapié en el uso de materiales no adecuados en las reparaciones posteriores que se hicieron al techo del establecimiento. Detalló que, al observar las imágenes del colapso, se puede identificar un agregado fino de color amarillo —arena itabo— que se utiliza para unir ladrillos o en acabados superficiales, pero que no es apta para impermeabilizar techos.
“Cuando una edificación tiene filtraciones, el agua comienza a oxidar las varillas internas. Al oxidarse, esas varillas pierden propiedades estructurales y debilitan el sistema de soporte. En este caso, en vez de corregir adecuadamente, se acumularon capas de arena y finos, generando sobrepeso que nunca fue previsto en el diseño original”, explicó.
Acumulación de errores y señales ignoradas
A lo anterior se suma la colocación de plantas eléctricas, sistemas de aire acondicionado y otras instalaciones sobre el techo del local. Estos equipos, de alto peso, constituyen lo que en términos técnicos se conoce como “cargas puntuales”. Rojas afirmó que este tipo de elementos, colocados sobre una losa prefabricada debilitada, pueden precipitar el fallo estructural si no se redistribuye la carga adecuadamente.
“El colapso fue brusco y total. Eso indica fatiga estructural acumulada. Ya la estructura no podía soportar más peso”, aseguró.
Además, señaló que existen registros en video donde se observa que, en días previos, partículas del techo comenzaban a desprenderse. “Eso era una clara señal de advertencia. Esos detalles, muchas veces ignorados, son síntomas visibles de que la estructura estaba al límite de su capacidad”.
La exposición a vibraciones constantes producto de la música alta también habría contribuido. “Una estructura puede soportar sonidos de cine, pero no está diseñada para aguantar el impacto acústico constante de una discoteca. Esa vibración, repetida noche tras noche, acelera el deterioro en elementos ya comprometidos”, añadió.
El incendio de 2023 y la pérdida de propiedades del concreto
Otro factor que se suma a la lista de debilidades es un incendio ocurrido en 2023, cuando un rayo impactó la planta eléctrica del lugar. Aunque el fuego fue contenido, el daño estructural pudo haber sido severo.
“El concreto y el acero pierden propiedades cuando se exponen a altas temperaturas. Si no se hace una evaluación posterior y no se refuerzan los elementos afectados, quedan comprometidos. En un evento posterior, como un exceso de carga, pueden fallar catastróficamente”, señaló el ingeniero.
Durante el incendio, elementos del techo quedaron parcialmente expuestos al fuego. Rojas destacó que, en esos casos, se debe aplicar una corrección específica para evitar desprendimientos del hormigón, algo que aparentemente no se hizo de forma adecuada.
¿Qué se debe hacer cuando una estructura muestra señales de deterioro?
Según los protocolos de ingeniería estructural moderna, cuando se identifican signos de desgaste o deterioro en una edificación, se debe proceder a un reforzamiento estructural. Esta técnica consiste en adicionar materiales de alta resistencia o sistemas de soporte que fortalezcan los elementos afectados sin alterar la funcionalidad del inmueble.
“Si se hubiera aplicado a tiempo, quizá hoy estaríamos hablando de otra historia”, apuntó Rojas. En casos extremos, cuando el daño es demasiado extenso o irreversible, la recomendación es la demolición controlada del edificio.
La investigación oficial, ordenada por el Poder Ejecutivo, incluirá un estudio técnico exhaustivo para determinar las causas exactas del colapso. Mientras tanto, el presidente de la República ha decretado tres días adicionales de duelo nacional en memoria de las víctimas.