viernes, abril 26, 2024

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«Gonzalo Castillo, el títere». Por Fernando Ruíz

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El desafortunado ambiente político de nuestra República Dominicana nos ha traído un paisaje triste, con penosos personajes, que oscurecen el futuro de nuestra sociedad.

El partido oficialista lleva dieciséis años en el poder. La dirigencia se acostumbró a “comer con grasa”, encareciendo la vida de los dominicanos, perpetuando la pobreza, y pagándose ellos sueldos de lujo, con yipetas, choferes y un sin número de beneficios, que es envidiable incluso para grandes empresarios. La clase política es ahora el poder económico número uno del país, superando ya al empresariado del sector privado.

Este partido que este país ha elegido cuatro veces consecutivas presenta dos posibles opciones, que honestamente, deprimen escuchar. Primero Leonel, que al igual que Danilo, heredó el espíritu de Balaguer. Ha sido presidente en tres períodos, y anda buscando el cuarto y el quinto. Todo el que lo apoya espera beneficiarse del gobierno. Nadie quiere realmente que vuelva, nos tiene cansados. Pero de Leonel hablaremos en otro momento.

La otra opción del PLD es Gonzalo Castillo, ex ministro de obras públicas. Pero, ¿cómo llega este hombre sin trayectoria política dentro del PLD, bajo perfil, y que nunca ocupó una posición de preponderancia hasta el gobierno de Danilo, a ser un precandidato presidencial finalista dentro del PLD?  Probándose ante el presidente de la siguiente manera.

Dijo el 15 de julio del 2019 lo siguiente:

la República Dominicana más que bien, va muy bien, y lo que va muy bien, se deja que continúe. Lo que necesita este país es más Danilo Medina. Nosotros lo hemos dicho una y otra vez y queremos reiterarlo de nuevo, en nuestra opinión Danilo Medina es el mejor presidente de toda la historia de nuestra nación. En el presidente Danilo Medina tenemos al mejor presidente que nos ha dado la historia…”.

 Y en un “acto de apoyo” el 19 de mayo dijo cosas como “Danilo Medina es el hombre más preparado para gobernar la República Dominicana que tenemos…”, “Todos los presentes estamos aquí para ponernos a la orden del presidente, y respaldar sus decisiones, porque esas decisiones siempre nos han llevado por el mejor camino, y no podemos dejar al presidente sólo en nuestro esfuerzo”.

      Anunciaba en todos los medios de comunicación que visitaba que daba un apoyo total a lo que sea que quisiera el presidente. Fue puesto a prueba hasta el final, y fue el funcionario de más alto nivel que fue vocero de la relección a un tercer período. Mientras tanto, decía públicamente que Danilo es “su maestro”, y que es un “benefactor de la patria”. Se mantuvo en sumisión total al presidente, suspendiendo totalmente su individualidad y su voluntad propia. Enfrentó la vergüenza pública y la deshonra histórica, pero se mantuvo firme con el presidente.

Los números no dieron en el congreso, y Danilo tuvo que desistir. Evaluando el panorama, estaba la opción de Gonzalo y la de los “alitas cortas”. En estos últimos, no veía nada bueno para él. Reinaldo se veía ambicioso, y pudiera con el estado posicionarse como nuevo líder del PLD. Navarro y Amarante no prendieron y están quemados con escándalos de corrupción. Domínguez Brito, como traicionó a Leonel, pudiera traicionarlo a él. Desesperado y viendo en Gonzalo material de títere, decide armar un proyecto en torno al ministro, utilizando el poder del estado.

Pero, ¿qué sabemos de Gonzalo Castillo? Sabemos que es un empresario, y que tenía dinero antes de llegar a ser ministro. Es dueño de una empresa de ambulancias aéreas llamada Helidosa, una constructora, empresas de venta de equipos informáticos, entre otros negocios.

En su labor como Ministro de Obras Públicas, lo que más destaca es que ha violado continuamente la ley, y si este fuera otro país, estuviese preso o en proceso de investigación. Primero, ha sido suplidor del estado siendo funcionario público, en violación a la ley 140-06 artículo 14. La empresa Helidosa, a nombre del ministro, vendió de manera frecuente vuelos privados al gobierno. Entre ellos hay vuelos del país a Jamaica, a un millón de pesos cada uno. Su empresa de equipos informáticos vendió decenas de millones de pesos de equipos al estado, a precios más altos que los precios del mercado.

El movimiento cívico Somos Pueblo lo nominó como candidato a la cárcel del 15 de Azua, y su equipo hizo un libro de más de cien páginas de evidencias de las violaciones a la ley de Gonzalo. Además, siguió cobrando luego de su renuncia de Obras Públicas, y no tuvo la decencia de devolver el dinero que no se ganó.

Como candidato presidencial, es una vergüenza el hecho de que en este país alguien así sea una de las cuatro personas que puede ser presidente. Nos demostraron que a base de dinero es posible venderle a esta sociedad a quien sea. Incluso a alguien que ni siquiera tiene conocimiento del presupuesto del estado, como ha demostrado en algunas de sus entrevistas, y que demostró públicamente que no entiende el funcionamiento del Ministerio Público y el Poder Judicial.

A sabiendas de que Gonzalo Castillo va a ser, según sus propias palabras, “más Danilo Medina”, es imperante no apoyarlo. En primer lugar, porque son tan descarados que nos restriegan el dinero que nos roban en la cara. El Ministerio de Obras Públicas nos hace una intensa campaña publicitaria de los “logros” de la gestión, financiadas con recursos del estado, es decir, nuestros bolsillos. Como si con todas las necesidades que tiene este país, hospitales sin camas, la peor educación pública del continente, en lo que necesitamos gastar decenas de millones de pesos es en diseñar y colocar publicidad del Ministerio de Obras Públicas en todo Santo Domingo, Santiago y Punta Cana. Es un insulto a los pobres y a las necesidades de este país.

Incluso los movimientos del “sector externo”, que supuestamente se financian con “capital privado y contribuciones”, los terminamos pagando nosotros. Estos se financian con “cócteles”, donde los asistentes deben de contribuir desde medio millón de pesos en adelante, por una hora con Gonzalo. El 99% de las personas que asisten a esos “cócteles” se están beneficiando o piensan beneficiarse del presupuesto del estado. Estos empresucios o “empresarios” se combinan con los políticos, encarecen los servicios al estado, y esta sobrevaluación se la reparten, y con eso hacen campaña. Así que incluso al sector externo, lo seguimos financiando nosotros. El que gana dinero honestamente, no lo gasta así.

Gonzalo Castillo fue el ministro en cuya gestión se movió más dinero en contratos con la empresa Odebrecht. Fue demostrado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación que se pagaron casi 40 millones de dólares sólo en sobornos para la planta Punta Catalina. Además de esto, se demostró que hubo sobornos en todas las obras que hizo Odebrecht en su gestión. Ante esto, Gonzalo es culpable o por cómplice o por incompetente. O fue parte de aquella estructura mafiosa, que en otros países incluyó presidentes y ministros, o fue incompetente, porque le sobrevaluaron las obras en la cara, y no cumplió su función de defender el interés público.

Además de esto, hizo contratos con una empresa vinculada a la hermana del Procurador Jean Alain Rodríguez por más de 14 millones de dólares, de los cuales se han pagado más de 1,000 millones de pesos. Por esto sacaron a Marino Zapete del canal donde estaba. Esto está pareciendo cada vez más una dictadura, pero en lugar de usar la violencia, usan el dinero. Con Gonzalo nos arriesgamos a retroceder a la era de Trujillo, cuando había presidentes títeres.

Tener un presidente con un jefe, como Balaguer con Trujillo, es peligroso. Ya estamos viendo que a las personas que se oponen al candidato del oficialismo los cancelan de sus trabajos. Persiguen los programas de los periodistas disidentes y pagan cuantiosas sumas de dinero en publicidad para que los comentaristas emitan opiniones favorables del gobierno. Danilo está intentando crear una hegemonía comprando a todo el mundo, para que su grupo se mantenga en “el palo”.

Esto se está volviendo un campo de batallas entre dos personas que compiten por el poder. Y lo malo es que Danilo y Leonel compiten por el poder sólo por tenerlo, no para beneficiar al pueblo. Pero si gana Gonzalo, Danilo demostró que va a tirar todo el gobierno a la calle, y así le será muy difícil a la oposición. Por eso es necesario sacar a Danilo de competencia. Si Leonel es el candidato, y no lo apoya el gobierno, tal vez pueda ganar la oposición. Por ello, por el bien del país, el 6 de octubre, ojalá pierda el títere.

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