El Movimiento pro Derechos Humanos, la Paz y la Justicia Global (MONDHA), en colaboración con el Consejo de la Migración y la Diáspora Haitiana (COMIDHI), ha demandado tratos dignos en respuesta a las redadas y deportaciones realizadas por las autoridades dominicanas.
Estos movimientos, que agrupan a 210 asociaciones, denuncian que mujeres embarazadas y esposas de trabajadores en áreas agrícolas como el banano, la caña de azúcar y las plantaciones de arroz, están dando a luz en los campos por temor a ser deportadas.
Wendy Osirus, vocero durante una rueda de prensa, señaló que los apresamientos de pasajeros haitianos desmontados de carros de concho y motoconcho se realizan basándose en el color de la piel. Recordó que muchos dominicanos negros también son desmontados de los vehículos, algo que, según él, no sucede con venezolanos u otras nacionalidades.
«La República Dominicana no era así. Yo que vivo aquí desde 1991, desde los gobiernos de Joaquín Balaguer, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y ahora Luis Abinader, así no se trata a quienes han aportado a la economía de la República Dominicana», expresó Osirus.
La diáspora haitiana hace un llamado urgente al gobierno haitiano para que preste más atención a los haitianos residentes en la República Dominicana. Critican que todas las atenciones del Primer Ministro Garry Conille y la Canciller Dominique Dupuy se centren en los haitianos que residen en Canadá, Estados Unidos y Europa, ignorando a la comunidad en la República Dominicana.
Además, piden que la relación entre Haití y la República Dominicana vuelva a la normalidad y que se termine con la impunidad de las bandas. Lamentan la falta de un diálogo claro entre ambos países y destacan la importancia de una buena relación para los más de 500,000 haitianos que viven en la República Dominicana.
También exigen una aclaración sobre los 600 policías kenianos en Haití, criticando el gasto y la falta de recursos para el pueblo haitiano. Otras preocupaciones incluyen los nombramientos de nuevos funcionarios en los consulados y embajadas de Haití, señalando la falta de prioridad en seguridad, educación, medioambiente y empleo.
Finalmente, los líderes de las organizaciones haitianas reclaman la capacidad de gestionar los consulados y embajadas por su experiencia, criticando a aquellos sin sentido de pertenencia que ocupan estos cargos. Subrayan la importancia de mantener valores como la igualdad y la justicia, haciendo un llamado a la conciencia colectiva de los funcionarios haitianos y al pueblo.
