miércoles, abril 24, 2024

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José Hoepelman, ¿Un suicida? Por Fernando Ruíz

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El gobierno de la República Dominicana ha cambiado las reglas de juego de nuestra sociedad; ha radicalizado su persecución contra los periodistas disidentes de la línea oficial, y los están acosando, persiguiendolos, espiándolos, e intentando hacer que pierdan sus trabajos y el sustento de sus familias.

Ya había sucedido con Altagracia Salazar, Edith Febles y Ricardo Nieves, quienes fueron mandados a sacar de los espacios en los que ejercían el periodismo por sus fuertes críticas contra el oficialismo. Recientemente, hemos visto como el Procurador General de la República, Jean Alain Rodríguez Sánchez, intentó presionar a Alicia Ortega  para que se retracte de un comentario que esta emitió.

Pero la persecución más acérrima que ha emprendido el Estado Dominicano contra un periodista ha sido dirigida hacia Marino Zapete; profesional de larga trayectoria, sin tachas, y que goza de gran respeto por parte de la sociedad.

A pesar de la impotencia que genera el uso del dinero del pueblo para la persecución política de periodistas, a nadie sorprende este comportamiento de parte del procurador. Jean Alain es reincidente en esta práctica, y todos los que nos expresamos de alguna manera contra el gobierno sabemos que en cualquier momento podemos ser víctimas de acoso.

En una de sus últimas denuncias, Marino Zapete sacó a la luz una serie de contratos otorgados grado a grado, violando todas las leyes de compras y contrataciones, en los que firman Gonzalo Castillo y Maybeth Rodríguez Sánchez, hermana del procurador. A raíz de esto, se encrudeció la persecución contra Zapete, quien fue sacado de Tele Radio América, y cuyos patrones de otro empleo fueron contactados para que desahuciaran al mencionado periodista.

En el desarrollo de esta historia apareció un nuevo actor que ha sorprendido a una buena parte de la población; el abogado José Martínez Hoepelman. El señor Hoepelman fue contratado como abogado de Maybeth, la hermana del procurador, en una demanda civil colocada contra Zapete por difamación, en la que exigen seis meses de cárcel y el pago de cinco millones de pesos.

En otras circunstancias, no sería correcto emitir juicios contra el señor Hoepelman por la calidad de sus defendidos de la misma manera en como no emitimos juicios contra un doctor por curar a un herido, así sea un ladrón o un asesino . Pero este abogado aspira a ser Defensor del Pueblo, lo que hace de nuestro interés su accionar privado, para saber del lado del pueblo, o si es nuestro enemigo.

Ante el panorama político actual, esperaríamos que un aspirante a la Defensoría del Pueblo se coloque del lado de la prensa libre, la que nos comunica la realidad de lo que acontece en nuestro país. Hoepelman, por ejemplo, pudo demostrarnos que merece ser defensor del pueblo defendiendo de manera gratuita a Marino Zapete del procurador, a sabiendas de que los pequeños necesitamos ayuda para defendernos del estado. Si no quería o no podía defenderlo, pudo utilizar la fama que ha ganado para denunciar el abuso cometido. Pudo también quedarse callado, si estaba del lado del gobierno, pero, ¿qué es lo que ha hecho Hoepelman ante este caso? Veamos.

Lo primero que hizo fue convocar a una rueda de prensa, donde dijo que Marino Zapete había difamado de manera intencional a Maybeth Rodríguez. Luego de esto dijo que la acción de denuncia de Zapete fue un acto de violencia de género, implicando que Marino quería hacerle daño a Maybeth por ser mujer, y no porque fue parte de un esquema violatorio de la ley para la asignación de contratos a particulares. Cerró afirmando que Marino había abusado de su posición como periodista, dañado la honra de Maybeth, y que por esto debía responder ante la ley.

Esta rueda de prensa fue chocante para quienes recordamos al señor Hoepelman por su participación del caso caso de Emily Peguero. De manera personal, me pareció entonces un joven profesional bien preparado y que llevaba la cualidad de velar por los intereses de las personas menos privilegiadas. A muchos se nos cayó un santo, y la verdad es que no entendemos por qué el señor Hoepelman se está prestando para que el estado aplaste a un periodista de la manera en como lo están haciendo con Marino.

Nos resulta irónico también que mientras el señor Hoepelman acusó a Marino de incurrir en violencia de género contra Maybeth, pesó en su contra una denuncia interpuesta por dos mujeres por alegadas amenazas que recibieron de parte del joven abogado. Si bien no sabemos la naturaleza de estas amenazas, nos resulta cómico que luego de que incluso tuvo que entregar su arma de fuego por estos fines, acuse a Marino Zapete de incurrir en violencia de género por denuncia un hecho donde claramente se violó la ley.

Queremos recordarle al señor Hoepelman que aquellos que prestan sus talentos para que sean usados como armas por parte de los opresores, es también un opresor, y que no merece bajo ninguna circunstancia ser el titular de la Defensoría del Pueblo. Que está siendo un instrumento del gobierno para perseguir los periodistas honestos que denuncian la corrupción, y con ello,está siendo parte de la perpetuación de la impunidad. El señor Hoepelman eligió el bando equivocado, el de los abusadores, y nosotros en la sociedad se la tenemos anotada. Hoepelman ha sido uno más de los que nos hacen creer que están de nuestro lado, mientras nos usa para perseguir sus objetivos particulares, políticos o económicos.

Por último, nosotros como sociedad debemos tener presente quiénes son los lobos que se visten de ovejas, para que cuando en el futuro quieran reinventarse y hacernos creer como que son buenos, saquemos nuestra libreta y les digamos: sabemos que fuiste un títere del procurador y te prestaste a arremeter contra Zapete y el periodismo libre; eres un enemigo de la sociedad.

Ojalá el señor Hoepelman cambie sus asesores, si es que los tiene, porque acaba de cometer un suicidio político y moral. Cuando el PLD salga del poder, ellos se quedarán con el dinero que han malconseguido, mientras usted se inmoló moralmente de por vida por los chelitos que le dieron para este caso. Usted perdió más de lo que ganó. Lo único que podemos decirle es que estamos con Zapete, y que lo apoyaremos. Nos vemos el 11 de diciembre en el juicio, señor Hoepelman.

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