La situación en Haití continúa empeorando, con las autoridades policiales luchando por controlar las bandas armadas que dominan la capital, Puerto Príncipe, y otras áreas del país. En un incidente reciente en el sector de Pétion-Ville, que hasta ahora se consideraba relativamente tranquilo, 28 presuntos pandilleros fueron abatidos por la policía haitiana.
El enfrentamiento ocurrió en diversas partes de la capital, donde tanto los agentes de la Policía Nacional como los civiles participaron en los combates. Tras la muerte de los pandilleros, muchos de los cuerpos fueron quemados por los residentes y esparcidos por las calles, mientras que la ciudad permanecía paralizada debido a los enfrentamientos en curso.
Según el portavoz de la Policía Nacional, Lionel Lazarre, inicialmente se reportaron al menos 18 muertos o heridos, pero el número podría aumentar a medida que continúan las operaciones y se descubren más cadáveres. Los pandilleros abatidos formaban parte de bandas que intentaban expandir su control sobre nuevas áreas de la ciudad, iniciando operaciones durante la noche del lunes y la mañana del martes.
En paralelo, se han intensificado los enfrentamientos en varias zonas de la capital, como Nazon, Lalue, Christ Roi y Bois-Verna, donde los habitantes vivieron una noche de terror debido a los disparos de armas automáticas. La violencia ha obligado a cerrar comercios y escuelas en la zona metropolitana, mientras las autoridades montan brigadas de vigilancia en busca de más pandilleros.
Los pandilleros, organizados en grupos como la coalición Vivre Ensemble, liderada por el ex policía Jimmy Cherizier, conocido como ‘Barbecue’, han anunciado más ataques en las próximas horas, buscando expandir su control. Esta situación ha llevado a la suspensión de vuelos comerciales hacia Haití y a la paralización temporal de la ayuda humanitaria de la ONU, debido a la imposibilidad de acceder al puerto y al aeropuerto.
La creciente violencia también llevó a la Agencia de Aviación de Estados Unidos a prohibir los vuelos hacia Haití, tras el tiroteo de dos aviones comerciales estadounidenses la semana pasada, lo que ha empeorado aún más la crisis en el país.