Durante su audiencia de confirmación ante el Comité de Relaciones Exteriores, el nominado por el presidente electo Donald Trump para dirigir el Departamento de Estado, Marco Rubio, descartó que una intervención militar de Estados Unidos sea la solución para restaurar la seguridad en Haití. En cambio, abogó por una mayor colaboración de los países de la región para abordar la crisis en la nación caribeña.
Rubio, quien actualmente representa a Florida en el Senado, fue interrogado sobre las posibles medidas para resolver la crisis en Haití y otros países de la región. En su respuesta, enfatizó la necesidad de una respuesta regional y descartó la intervención directa de Estados Unidos como un remedio efectivo.
El legislador también condenó a las bandas armadas que operan en Haití, señalando que no solo han desestabilizado al país, sino que también han representado una amenaza para la República Dominicana. Además, aseguró que estas organizaciones han incrementado la presión migratoria hacia Estados Unidos, Bahamas y otros países de la región, exacerbando aún más la situación.
