Por Agencia EFE
Somos Pueblo – El huracán Melissa dejó una estela de destrucción y más de treinta fallecidos tras su paso por el Caribe, afectando gravemente a Haití, Jamaica y Cuba, donde miles de personas permanecen desplazadas y sin servicios básicos.
En Haití, la Dirección de Protección Civil confirmó la muerte de al menos 24 personas, la mayoría arrastradas por las crecidas del río La Digue, en el municipio de Petit-Goâve, al sur de Puerto Príncipe. Además, se reportan 17 heridos, 18 desaparecidos, y más de 3,500 familias afectadas, entre damnificadas y refugiadas.
“He perdido a cinco miembros de mi familia. El agua se los llevó en cuestión de minutos”, relató Jean Pierre, residente de Petit-Goâve, mientras observaba los restos de su vivienda destruida por la corriente.
En Jamaica, Melissa impactó con categoría 5, dejando cuatro muertos y graves daños en infraestructuras, hospitales, aeropuertos y carreteras. El ministro de Energía y Transporte, Daryl Vaz, informó que más del 70 % del país sigue sin electricidad, mientras equipos de emergencia trabajan para despejar 134 vías bloqueadas.
El ministro de Desarrollo Comunitario, Desmond McKenzie, indicó que más de 170 comunidades en las provincias de Manchester, Saint Elizabeth, Trelawny, Hanover, Westmoreland y Saint James fueron afectadas “de forma moderada o grave”.
En Cuba, el huracán golpeó el oriente del país como categoría 3, dejando municipios inundados, viviendas destruidas y cultivos arrasados. Según autoridades locales, más de 735,000 personas fueron evacuadas o resguardadas en refugios ante el paso del fenómeno.
El presidente Miguel Díaz-Canel describió la noche del impacto como “una madrugada muy compleja”, mientras equipos de rescate auxiliaron a más de 200 personas atrapadas por la crecida de ríos en Holguín y Santiago de Cuba.
En Bahamas, Melissa tocó tierra como categoría 1, causando inundaciones y cortes eléctricos en Rum Cay, San Salvador y Long Island, donde incluso se anegó el aeropuerto de Deadman’s Cay.
En República Dominicana, se reportó una víctima mortal y más de un millón de personas sin acceso a agua potable por el colapso de varios acueductos. En Panamá, los efectos indirectos del huracán provocaron la muerte de cuatro personas, tres de ellas menores.
Ante la magnitud de los daños, Venezuela anunció el envío de 46 toneladas de ayuda humanitaria a Cuba y Jamaica. Por su parte, Estados Unidos y España expresaron su disposición a colaborar con asistencia inmediata.
Según Unicef, más de 700,000 niños y adolescentes se han visto afectados por las lluvias e inundaciones y necesitan “urgentemente alimentos, agua potable y servicios de saneamiento”.



