Higüey, República Dominicana. – Durante la misa solemne en honor al Día de Nuestra Señora de la Altagracia, el obispo de la Diócesis de Higüey, Monseñor Jesús Castro Marte, rechazó los discursos de odio racial contra los extranjeros que residen en el país, calificándolos de “doble moral”. En su mensaje, instó al Gobierno a prestar mayor atención a la situación legal de los inmigrantes que desempeñan un papel clave en sectores como el turismo, la agricultura y la industria.
“Los inmigrantes son fundamentales para el desarrollo económico del país. Es necesario que se les garantice condiciones laborales dignas, remuneraciones justas y acceso a los servicios de salud”, expresó Monseñor Castro Marte.
El prelado también hizo un llamado a la reflexión, instando a la sociedad a abandonar la hipocresía y a asumir un compromiso genuino con los derechos de los trabajadores extranjeros. «Como dominicano, defiendo mi patria, pero también la justicia para todos», afirmó.
Débil capacidad del sistema judicial
Además de abordar la situación de los inmigrantes, Monseñor Castro Marte destacó la sobrecarga que enfrenta el sistema judicial del país. Señaló que la falta de jueces y la acumulación de casos obstaculizan la administración de justicia y afectan negativamente a los ciudadanos.
«Es imperativo fortalecer el sistema judicial para garantizar una justicia más eficiente y oportuna», sostuvo el obispo, aludiendo a pasajes bíblicos de Isaías, San Pablo y el Evangelio de San Lucas en su homilía.
Autoridades presentes en la celebración religiosa
La misa, celebrada en la Basílica de Higüey, contó con la presencia del presidente de la República, Luis Abinader, quien asistió acompañado de la primera dama, Raquel Arbaje, y la vicepresidenta, Raquel Peña. También participaron el ministro de Defensa, teniente general Carlos Antonio Fernández Onofre; el expresidente Hipólito Mejía; la gobernadora de La Altagracia, Martina Pepén Santana; la alcaldesa de Higüey, Karina Aristy; y el senador Rafael Barón Duluc Rijo, entre otros funcionarios.
Historia y significado de la Virgen de la Altagracia
Cada 21 de enero, la República Dominicana celebra el Día de Nuestra Señora de la Altagracia, protectora del país, en una festividad de gran arraigo cultural y religioso. La historia de la devoción se remonta a 1502, cuando la imagen de la Virgen llegó a Salvaleón de Higüey por disposición del obispo de Santo Domingo, García Padilla.
De acuerdo con historiadores, la imagen fue traída desde España por los hermanos Alonso y Antonio Trejo. Otra versión sostiene que la Virgen se apareció en Siruela, Extremadura, sobre un árbol, de donde proviene su nombre “Altagracia”, que simboliza la gracia suprema.
La festividad fue declarada oficial en 1692 por el arzobispo Isidoro Rodríguez Lorenzo y, posteriormente, reconocida por la Santa Sede como una celebración de precepto, con Oficio Divino y Misa Propia.
Un mensaje de equidad y justicia
El llamado de Monseñor Castro Marte se produce en un momento en que el debate sobre la inmigración sigue en el centro de la discusión nacional. Su exhortación a garantizar los derechos de los trabajadores extranjeros apunta a sensibilizar tanto a las autoridades como a la sociedad sobre la importancia de promover la igualdad y el respeto.