Somos Pueblo – Ginebra, 16 de junio de 2025 – Las Naciones Unidas anunciaron una reducción significativa en sus programas de asistencia humanitaria para este año, debido a un déficit grave en su presupuesto operativo. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), la organización solo ha logrado recaudar el 13 % de los fondos necesarios, lo que ha obligado a reformular sus planes de ayuda y priorizar únicamente las crisis más urgentes.
El nuevo plan de respuesta humanitaria contará con un presupuesto de 29,000 millones de dólares, muy por debajo de los 44,000 millones originalmente solicitados por la ONU para 2025. Esta reducción obligará a concentrar los esfuerzos en 114 millones de personas en situación de vulnerabilidad, en lugar de los 180 millones previstos inicialmente.
Entre las crisis señaladas como prioritarias se encuentran Sudán, la Franja de Gaza, la República Democrática del Congo, Birmania y Ucrania. La ONU anunció que aplicará una clasificación por niveles de gravedad humanitaria, otorgando prioridad a las zonas que enfrenten condiciones extremas o catastróficas (niveles 4 y 5).
Impacto de la disminución de donaciones internacionales
La OCHA atribuye esta situación en gran parte a la decisión del gobierno de Estados Unidos de reducir considerablemente su asistencia financiera internacional. Estados Unidos ha sido históricamente el principal donante en el sector humanitario. Los recortes anunciados por la administración del presidente Donald Trump afectan de forma directa a programas de emergencia, campañas de vacunación y distribución de medicamentos, incluidos tratamientos para el VIH/sida.
“El impacto de esta decisión puede costar millones de vidas”, advirtió Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), otra agencia clave de la ONU, ya había alertado en marzo sobre una «crisis sin precedentes» tras la reducción del 40 % de su presupuesto para este año. Junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el PMA identificó recientemente cinco regiones con riesgo inminente de hambruna: Sudán, Gaza, Sudán del Sur, Haití y Malí.
“Sin financiamiento ni acceso, no podemos salvar vidas”, afirmó la directora ejecutiva del PMA, Cindy McCain.
Recortes con consecuencias globales
Los efectos de esta situación ya se sienten en el terreno. Por ejemplo, en Bangladés se han reducido los programas contra la tuberculosis, y en el desierto de La Guajira, en Colombia, el número de organizaciones no gubernamentales activas ha pasado de 28 en 2024 a solo tres este año, por falta de recursos.
A la reducción del apoyo estadounidense se suma la disminución de donaciones por parte de otros países, en un contexto global de tensiones económicas.
“Nos hemos visto obligados a hacer triaje en la supervivencia humana”, declaró Tom Fletcher, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU y coordinador de los socorros de emergencia. “Los números son crueles y las consecuencias son desgarradoras. Demasiadas personas no recibirán la ayuda que necesitan, pero salvaremos tantas vidas como sea posible con los recursos que tengamos”.
La ONU advierte que estos recortes presupuestarios, que califica como “brutales”, la obligan a tomar decisiones difíciles respecto a qué poblaciones atender, priorizando las situaciones más graves, mientras muchas otras emergencias podrían quedar sin respuesta suficiente en los próximos meses.