Wilfredo Barinas Hazim, pide a las nuevas autoridades revisar el caso de su hijo Miguel Eduardo Barinas Feliz, quien fue condenado el 20 de febrero del año en curso a 6 años de prisión en el Centro Correcional (CCR-20), próximo a Najayo en San Cristóbal, por delito electrónico y amenazar por celular a su expareja.
«Los hechos para nada lo estamos negando pero la importancia de esto es que Miguel, mi hijo, bajo medicación es una persona funcional pero cuando no está tomando medicamentos su salud empeora, ha tenido varias terapias electroconvulsiuvas. Miguel es estudiante meritorio de la universidad APEC del área de Ingeniería y está dando clases en el CCR-20 preparando a los internos para pruebas nacionales. También tiene asma bronquial severa y ceguera», asegura su padre Wilfredo Barinas.
Una certificación del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) estblece que el recluso padece un trastorno depresivo mayor grave con características psicóticas y trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva. Una certificación la Dra. Alma C. Brito, directora del Centro Conductual Arcoiris, diagnosticó al recluso con trastorno depresivo mayor con síntomas psicóticos mayor, trastorno esquisotopico de la personalidad e intento suicida. Los psiquiatras Wilson Ureña, Katty Gómez y Jarvis Hazim también han atendido y hospitalizado al recluso, informa su padre.
A pesar de que Miguel Barinas fue condenado el 20 de febrero, aún no han notificado debido al COVID-19, y por esta razón la familia del joven no ha podido apelar.
El padre del recluso afirma que la salud física y mental de su hijo se deteriora por no poder llevar el tratamientom, por lo que este hizo una crisis de salud mental y ha sido internado en el Hospital Juan Pablo Pina de San Cristóbal.