PLD e ingobernabilidad Eduardo Álvarez

PLD e ingobernabilidad

Eduardo Álvarez

La crisis que afronta el PLD con el reclamo de la facción de su presidente, Leonel Fernández, puede degenerar en un estado de ingobernabilidad de insospechadas consecuencias.

De concretarse la elección de Gonzalo Castillo, sin aclarar las denuncias de fraude presentadas por el ex Presidente, cabe suponer que no podrá ser legitimado ni incrito. ¿Quién lo va a inscribir?

Es improbable que el presidente y el secretario general del PLD inscriban ante la JCE la candidatura de Castillo y su vice, a menos que sean atendidas las exigencias formuladas. Fernández sostiene que fue despojado de su triunfo con la complicidad de la JCE.

Escenario de una crisis posible que estaría agravada por las presiones de los plazos fatales que establece la ley 33-18, de partidos.

Estaríamos, pués, en el umbral de una situación complicada, similar a la acontecida en el 2004, en la que el entonces presidente y el secretario general del PRD, Hatuey Decamps y Felllo Suberví, respectivamente, se negaron a firmar el acta de la candidatura presidencial para una nueva nominación de Hipólito Mejía. De igual forma, Leonel Fernández y Reinaldo Pared están facultados ahora a firmar o no el acta que nomina a sus principales candidatos.

Esto provocó aquella vez la expulsión de ambos dirigentes perredeistas y una crisis que marcó el inicio de su división. Que tales efectos sean replicados en el PLD puede ser contemplado con la reserva de que los fenómenos políticos carecen de la exactitud propia de las matemáticas.

Es necesario y oportuno advertir ahora que las primarias es una de las formas de selección interna de candidatos en los partidos, donde la JCE no pasa de ser un simple árbitro, por tanto, no tiene la última palabra a la hora de legitimar y legalizar las candidaturas, todas sin excepción. El PRM y el PLD optaron por primarias, cerradas y abiertas, respectivamente.

Los efectos inmediatos de la crisis que tocas la puerta del PLD pueden reflejarse en la desconfianza que las faltas probables puede ocasionar al sistema de partidos, a la Junta y al resto del país. Despejar la duda mediante el conteo del 100% de las boletos resultantes de la votación.