Somos Pueblo – 14 de julio de 2025. La República Dominicana mantiene una labor constante para mitigar el impacto del sargazo en sus playas, especialmente en zonas turísticas como Punta Cana y Bávaro, donde el alga marina se ha convertido en un fenómeno recurrente. Equipos manuales y maquinaria pesada trabajan a diario para retirar la macroalga que se acumula en la arena y afecta la experiencia de los visitantes.
Trabajadores contratados por hoteles, como Marlon, de 28 años, recorren las playas retirando el sargazo a mano, mientras que grandes cadenas hoteleras emplean tractores para recoger y triturar las algas. Esta actividad se ha integrado al paisaje habitual de la zona, que también sigue siendo aprovechada por turistas que participan en actividades recreativas en la orilla.
Aunque el sargazo no es nuevo en la región, visitantes como Fernanda, una turista española, se han mostrado sorprendidos por la magnitud de su presencia este verano. “Es la primera vez que veo las playas así. Impresiona”, comentó.
El fenómeno también ha impactado otras actividades económicas, como el buceo. Pedro, guía en la zona, afirma que la acumulación de algas ha dificultado atraer clientes. “La gente piensa que todo está igual bajo el agua”, señaló.
Impacto ambiental y económico
La proliferación de sargazo no solo afecta al turismo, que representa alrededor del 19 % del PIB dominicano, sino también a la biodiversidad marina. Su acumulación en grandes cantidades puede afectar peces, corales y tortugas, además de generar malos olores y posibles efectos negativos en la salud respiratoria de las personas expuestas, especialmente en poblaciones vulnerables.
Durante la reciente Conferencia de Naciones Unidas sobre los Océanos, el presidente Luis Abinader solicitó que el sargazo sea reconocido como una emergencia regional, resaltando su impacto ambiental y económico en las islas del Caribe. Según el mandatario, el fenómeno ha dejado de ser una situación esporádica para convertirse en una crisis continua.
Estrategias de mitigación y aprovechamiento
En respuesta, el país ha puesto en marcha una serie de medidas que incluyen la protección del 30 % de su territorio marino y la implementación de una estrategia nacional para la gestión del espacio oceánico. También se ha lanzado una plataforma de datos oceanográficos para apoyar a pescadores, investigadores y operadores turísticos.
Además, en colaboración con la Unión Europea, el Gobierno dominicano inauguró este mes el primer Grupo de Trabajo sobre la Valorización del Sargazo, integrado por actores de diversos sectores. El objetivo es desarrollar alternativas sostenibles para el aprovechamiento del sargazo, explorando su uso como biomasa, fertilizante, o materia prima en cosméticos y alimentos.
El Ministerio de Medio Ambiente abrió una convocatoria para recibir propuestas sobre recolección, monitoreo y tratamiento del sargazo, y anunció que proyecta recolectar 50,000 toneladas métricas en 2026 y 100,000 toneladas en 2027, equivalente al 5 % y 10 % del volumen estimado, respectivamente.