Santo Domingo. En una mesa de trabajo conjunta realizada este jueves, el presidente Luis Abinader y el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, abordaron el tema de las tierras raras, calificándolo como “clave y fundamental” para el futuro de la República Dominicana. Durante la reunión, ambas delegaciones discutieron las oportunidades de inversión y crecimiento derivadas del aprovechamiento de estos recursos estratégicos, elementos esenciales para el avance tecnológico y la modernización económica.
El mandatario dominicano resaltó el potencial transformador de las tierras raras, señalando que la reciente conversación con la alta diplomacia estadounidense abre nuevas puertas para consolidar al país como destino de inversión y turismo. “Nuestra nación sigue consolidándose como un destino de inversión y turismo por excelencia, con estabilidad macroeconómica, un clima de negocios favorable y una infraestructura en constante modernización”, afirmó Abinader, destacando la firme voluntad de avanzar hacia una República Dominicana más próspera, segura y equitativa a pesar de los desafíos existentes en el entorno global.
Por su parte, Marco Rubio manifestó la esperanza de que ambos países puedan trabajar en conjunto para explotar este recurso con alto potencial. “Ya sé que el cuerpo de ingenieros de los Estados Unidos, de nuestro Ejército, ha trabajado bajo contrato con ustedes para identificar algo sumamente importante para el futuro del mundo y para la economía moderna”, comentó el exsenador durante una rueda de prensa conjunta en el Palacio Nacional. Aunque por el momento no se ha formalizado ningún acuerdo, Rubio apuntó que en los próximos meses podría elaborarse un plan conjunto, lo que subraya la importancia estratégica de esta iniciativa.
Expertos en economía y relaciones internacionales señalan que la colaboración en el desarrollo de las tierras raras podría posicionar a la República Dominicana en el epicentro de la cadena de suministros tecnológicos a nivel global. Según el analista económico Juan Pérez, “la convergencia de intereses entre ambas naciones en este sector podría traducirse en significativas oportunidades de crecimiento, siempre y cuando se establezcan mecanismos claros de transparencia y rendición de cuentas”. Con este impulso, el diálogo bilateral adquiere un matiz crítico y decisivo para el futuro de la política económica dominicana, marcando un posible antes y después en la gestión de recursos estratégicos del país.