MOSCÚ.- Serguéi Naryshkin, director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, advirtió que su país tomará medidas contra las naciones de la OTAN que faciliten los ataques ucranianos con misiles de largo alcance en territorio ruso. La advertencia fue publicada en una entrevista con la revista National Defence este miércoles.
La amenaza de Naryshkin llega después de que Ucrania utilizara misiles estadounidenses ATACMS para atacar objetivos en Rusia, un acto que se considera uno de los más directos de Kiev en el conflicto. Este ataque coincidió con el permiso otorgado por la administración de Joe Biden, en el marco del milenario de la guerra.
En respuesta, el presidente Vladimir Putin aprobó una modificación en la doctrina nuclear de Rusia, reduciendo el umbral para el uso de armas nucleares ante ataques convencionales. Naryshkin explicó que este ajuste refleja la firme determinación de Moscú para defender sus intereses fundamentales «por todos los medios disponibles».
Naryshkin destacó que la participación de los aliados de la OTAN en la planificación de ataques con armamento occidental no quedará sin consecuencias. Aseguró que los cambios en la doctrina nuclear rusa limitan significativamente las opciones de Washington y Bruselas.
«Las élites político-militares de Occidente están empezando a comprender la gravedad de las intenciones de Rusia y la necesidad de actuar con cautela para evitar un conflicto directo, cuyas consecuencias serían desastrosas», dijo el funcionario.
La reforma de la doctrina nuclear rusa, que amplía las circunstancias bajo las cuales se justificaría el uso de armas nucleares, está diseñada para disuadir intentos de infligir una «derrota estratégica» a Rusia. Según Naryshkin, estas modificaciones muestran que las fuerzas armadas rusas no pueden ser derrotadas en el campo de batalla y marcan las «líneas rojas» que Occidente no debe cruzar.
Aunque Naryshkin no presentó evidencia directa, sus palabras reflejan el endurecimiento de la postura rusa en un momento crucial del conflicto.
El uso de misiles ATACMS y los cambios en la doctrina nuclear rusa son puntos clave en la intensificación del conflicto, lo que aumenta la tensión entre Moscú y las potencias occidentales. La amenaza de represalias contra los países de la OTAN añade un nuevo nivel de peligrosidad al enfrentamiento, incrementando el riesgo de un error de cálculo que podría llevar a una escalada aún mayor.
Este desarrollo resalta la urgencia de nuevas iniciativas diplomáticas para evitar que la guerra en Ucrania llegue a un nivel de destrucción aún mayor.
