Somos Pueblo — Mientras las investigaciones sobre el colapso del techo de la discoteca Jet Set continúan, los testimonios de sobrevivientes y personas cercanas al evento siguen aportando detalles que podrían resultar fundamentales para entender lo ocurrido la madrugada del pasado 8 de abril. Un relato publicado por una ciudadana identificada como Perla Marola en redes sociales ha llamado la atención por su contenido revelador: uno de los camareros habría expresado preocupación por la estructura del techo horas antes de la tragedia.
En su publicación, la joven relata que asistió esa noche al Jet Set acompañada de su novio, su prima, el esposo de esta y dos amigas. Aunque no frecuenta este tipo de eventos, explicó que accedió a salir por recomendación de su padre. Durante la velada, el grupo fue atendido por un camarero conocido del novio de Perla desde hace varios años.
Según su testimonio, el joven trabajador, que lamentablemente falleció en la tragedia, dirigió su mirada varias veces hacia el techo del local con preocupación evidente. Fue entonces cuando el novio de Perla le preguntó qué ocurría, a lo que el camarero respondió que el techo “se iba a caer en cualquier momento”. El comentario fue interpretado en tono de broma, y según recuerda la joven, su pareja le respondió: “Deja tu relajo, no digas eso muchacho”.
Horas más tarde, ese mismo techo colapsaría sobre cientos de personas, dejando más de 225 muertos y casi 200 heridos, de acuerdo con los datos más recientes ofrecidos por el Ministerio de Salud Pública y el Centro de Operaciones de Emergencias (COE).
Un trabajador que advirtió y murió en servicio
El testimonio añade una capa humana y trágica al perfil de las víctimas. El camarero, cuyo nombre no ha sido revelado en la publicación, es descrito como un joven trabajador que, al parecer, había notado irregularidades en la estructura del local, pero cuya observación no fue considerada de gravedad por quienes lo rodeaban.
“Lamentablemente, el joven que nos atendió esa noche murió en la tragedia mientras trabajaba”, expresó Perla. “Igual hubiésemos sido nosotros, si hubiese ocurrido algo esa noche en la que nos encontrábamos ahí junto a nuestros familiares”.
Aunque el relato es de carácter personal y no forma parte aún de los informes técnicos oficiales, se suma a una serie de denuncias anteriores y reseñas públicas que desde hace años señalaban filtraciones, grietas y deterioro progresivo en la infraestructura del Jet Set. Algunos de estos comentarios habían sido registrados por usuarios en Google Maps, alertando sobre la seguridad del lugar.
Contexto de una tragedia nacional
El desplome del Jet Set ocurrió en plena presentación del merenguero Rubby Pérez, quien también falleció en el colapso. En el lugar se encontraban figuras reconocidas de la vida nacional, como el expelotero Octavio Dotel, su colega Tony Blanco, la gobernadora de Monte Cristi Nelsy Cruz, y altos ejecutivos del sector financiero, empresarial y político.
El Gobierno dominicano decretó duelo nacional mediante el Decreto 195-25, mientras un equipo técnico nacional e internacional, coordinado por la Oficina Nacional de Evaluación Sísmica y Vulnerabilidad de Infraestructura (ONESVIE), se encuentra realizando estudios estructurales para determinar las causas exactas del colapso. Aunque no se ha emitido aún un informe final, se ha confirmado que el edificio presentaba más de 50 años de antigüedad y había sido sometido a remodelaciones recientes.
El valor del testimonio ciudadano
El relato de Perla Marola, publicado de manera espontánea, pone en relieve la importancia de documentar las voces de quienes estuvieron presentes o cerca del suceso. A menudo, son estos testimonios los que logran preservar detalles cruciales que pueden pasar desapercibidos en los informes oficiales.
En su publicación, la joven concluye con un mensaje de solidaridad: “Mi más sentido pésame a la familia Pérez y a todas las familias afectadas en este atentado. Dios tenga misericordia de todos nosotros.”
La tragedia del Jet Set no solo ha dejado una herida profunda en la sociedad dominicana, sino que ha abierto un debate urgente sobre la fiscalización estructural, la prevención y la responsabilidad institucional. Testimonios como este podrían ser clave para que tragedias similares no se repitan.