Caracas, Venezuela. En una muestra de unidad sin precedentes, ciudadanos y pandillas venezolanas se han alzado juntos contra el régimen de Nicolás Maduro. En un ambiente de tensión creciente, estos grupos se han unido para enfrentar lo que consideran una dictadura implacable que se niega a aceptar los resultados de las elecciones y continúa oprimiendo al pueblo con violencia.
«No toquen al pueblo. Respeten al pueblo. Si no, aténganse a las consecuencias». Este grito de guerra ha resonado en toda Venezuela mientras cientos de integrantes de pandillas descienden de los cerros en motos y a pie, dispuestos a tomar Miraflores por la fuerza si es necesario. La situación ha generado opiniones divididas: mientras algunos temen el peligro de enfrentar a los colectivos chavistas armados, otros ven esto como la última esperanza para derrocar a Maduro.
Las pandillas, conocidas por su historial de violencia, han decidido romper su silencio y tomar una postura activa en defensa del pueblo. Esta sorprendente alianza se formó tras un grave atentado que dejó a cientos de ciudadanos heridos a altas horas de la madrugada. Sin ningún tipo de armamento para defenderse, los ciudadanos han encontrado en estas pandillas una fuerza capaz de enfrentar a los colectivos chavistas.
«Nicolás Maduro ha enviado a colectivos chavistas para buscar, casa por casa, a todos los venezolanos que se están levantando». Las pruebas de estas atrocidades han salido a la luz, mostrando la brutalidad con la que el régimen está actuando. Jóvenes de apenas 16, 18, 20 años, que podrían estar en la escuela o la universidad, están en las calles luchando por su país y sacrificando sus vidas por la democracia.
En un video impactante, líderes de pandillas hacen un llamado a las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Públicas del Estado: «Nosotros no queremos generar más violencia. Escuchen al pueblo, atrinchérense en sus comandos y dejen que el pueblo decida. No somos generadores de muerte. Si no se atrincheran, usaremos todo lo que tenemos y lanzaremos ataques a los funcionarios».
Este conflicto ha escalado rápidamente, con reportes de escuadrones de la muerte atacando a la gente con metralletas, rifles, pistolas y tanquetas. La cifra de muertos se estima en 300 y sigue aumentando. La desesperación ha llevado a esta unión inédita entre ciudadanos, pandillas y militares, todos con el mismo objetivo: sacar a Nicolás Maduro, cueste lo que cueste.
La pregunta queda en el aire: ¿Será esta alianza suficiente para devolverle la democracia a Venezuela? Mientras tanto, la resistencia continúa, y el mundo observa con atención.
